Aunque es un problema común, algunos se avergüenzan tanto de él que no buscan ayuda para aliviar el terrible ardor, escozor y sangrado provocados por las hemorroides.
Las farmacias venden muchos productos útiles: cremas, parches, ungüentos y supositorios. Como regla de oro, los doctores recomiendan evitar medicinas sin receta con ingredientes que terminen en ‘caína’.
Éstos contienen un anestésico capaz de brindar alivio inmediato, pero, si se usan con regularidad, generan mayor irritación. Con todo, además de los químicos existen varios remedios caseros que puedes probar.
Las hemorroides son venas inflamadas en o alrededor del ano que causan dolor, escozor y, ocasionalmente, sangrado. Las hemorroides internas, el tipo más común, se desarrollan dentro del ano.
Quizás sangren, pero no ocasionan dolor. En cambio, con las hemorroides externas sí hay algo de sangrado. Ambas clases pueden generar un bulto suave que sobresale del ano.
Permanecer mucho tiempo sentado, el embarazo y el envejecimiento contribuyen a desarrollarlas. Si padeces estreñimiento y te esfuerzas demasiado al evacuar, puedes fomentar las hemorroides o empeorarlas.
Llena la tina con agua caliente y luego sumérgete en ella. Debes sentarte con las rodillas alzadas para permitir la máxima exposición de la zona anal al agua. Entonces disminuirá el dolor. Lo que no vas a sentir es cómo el agua caliente impulsa la sangre al área afectada, y eso, ayuda a reducir la hinchazón de las venas.
Prueba añadir un puño de sales de Epsom para ayudar a contraer las hemorroides antes de meterte a la tina. Revuelve bien el agua para disolver las sales.
En vez de llenar toda una bañera para sentir alivio, puedes comprar un baño de asiento. Estos baños, diseñados solo para sentarse, se consiguen en las tiendas de suministros médicos. O si tienes un bidé, simplemente sumerge el trasero en la taza.
Para aliviar las hemorroides externas, aplica una bolsita de té húmeda y tibia. Puedes hacerlo mientras estás sentado en el retrete. El calor desinflama; además te beneficias de uno de los principales componentes del té: el tanino. Éste reduce el dolor y la hinchazón, y también impulsa la coagulación sanguínea (lo que ayuda a detener el sangrado).
Llena una bolsa gruesa de plástico con hielo, envuélvela con una tela delgada y siéntate en ella. O usa una bolsa de chícharos (guisantes) congelados (también envuelta con tela). El frío rebaja los vasos inflamados, lo que provoca gran alivio. Siéntate en el asiento congelado hasta 20 minutos. No hay límite de veces para hacerlo, pero al menos descansa 10 minutos entre cada ‘sentada’. También ayuda alternar frío y calor, tomando un baño de asiento entre las aplicaciones de hielo.
Moja un copo de algodón en olmo escocés sin destilar y aplícalo sobre las hemorroides. Es rico en vitaminas, lo cual ayuda a los vasos sanguíneos a contraerse.
Unta vaselina, presente también en varios medicamentos populares para las hemorroides, puede ayudar a desinflamar el área.
La vitamina E en líquido y el aceite de germen de trigo son sustancias conocidas por su efectividad. Aplícalos algunas veces al día con un copo de algodón.
Si lo hallas en las tiendas naturistas, prueba un bálsamo que contenga consuelda o caléndula (maravila). Ambos desinflaman y apresuran la curación.
Por extraño que parezca, el cataplasma de papa rallada es astringente y desinflamante.
Un par de veces al día busca un sofá cómodo, estírate en él y coloca los pies en alto. Lo que es bueno para los nervios crispados también lo es para las hemorroides.
En esta postura le quitarás peso de encima a tu sobrecargada zona anal. Al mismo tiempo mejorará la circulación justo en donde se necesita. Lo mejor es dedicar 30 minutos a esta tarea.
Si permaneces mucho tiempo sentado o de pie asegúrate de cambiar constantemente de posición.
Añade más forraje a tu dieta. De acuerdo con las investigaciones recientes, una dieta alta en fibra puede reducir significativamente los síntomas de las hemorroides, incluidos el dolor y el sangrado.
Entre los alimentos ricos en fibra destacan los panes y cereales integrales, las frutas secas y los vegetales, el arroz integral y las nueces.
Cuando obtengas más fibra, necesitarás estar bien hidratado para evitar el estreñimiento. Asegúrate de beber suficientes líquidos para que su orina tenga color amarillo claro, no oscuro.
Quien permanece demasiado tiempo sentando también debe permanecer demasiado tiempo de pie. Si el escritorio te cansa, haz cada hora una caminata de cinco minutos. Cada vez que te levantas, liberas la presión rectal generadas por las hemorroides.
Levantar objetos pesados produce presión en la zona anal. Si hay que alzar un mueble u objeto pesado, busca ayuda.
Cuando alces pesas en el gimnasio, evita las sentadillas con peso. Cada vez que desciendes para luego levantarte, conduce la presión directamente hacia el recto. También evita hacer ejercicios en los que debas permanecer sentado mucho tiempo como la bicicleta y la bicicleta fija.
La clave para evitar las hemorroides es no forzarse, así que ve al retrete cuando tengas que ir. Al aguantarte hay la posibilidad de estreñirse. Y eso significa, por supuesto, esforzarse más cuando vas al baño, lo que provoca las hemorroides.
Después de liberar el intestino, límpiate con papel de baño liso, blanco e inodoro, humedecido con agua corriente. El papel aromatizado y de colores puede ser estéticamente atractivo, pero cualquier químico adicional puede irritar.
Luego del papel usa toallitas faciales cubiertas con crema hidratante sin olor.
Verdad: No causa daño intentarlo, pero solo debe aplicarse externamente (en el exterior del ano), pues el alcanfor, uno de los ingredientes, puede ser tóxico.
Quienes proponen la cura aseguran que no arde, pero otros no creen lo mismo. Así, lo mejor será que no arriesgues tu salud.
Las hemorroides no necesitan atención médica inmediata. Si descubres sangre en tus deshechos —una señal indudable— primera prueba algún tratamiento casero.
Una inflamación o una infección intestinal también puede generar síntomas parecidos a los de las hemorroides. De tal modo, si adviertes sangre muy negra o los deshechos son negros, busca al doctor de inmediato, pues por lo general indica sangrado intestinal.
También acude al médico sin tardanza si presentas sangrado rectal importante, incontinencia fecal persistente o si el dolor aumenta de repente.
Hipócrates, el famoso médico griego que vivió hace más de 2,400 años, ya sabía que las hemorroides eran venas dilatadas en el ano. Pero recomendaba como remedio algo que era más que una cruel tortura: quemarlas con un hierro caliente.
Extracto del libro ‘1001 remedios caseros. Tratamientos confiables para problemas de salud cotidianos’ editado por Selecciones Reader’s Digest.
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