“No puedo evitar pensar que hay muchas enfermedades relacionadas directamente con el estrés”, dice Hymie Anisman, profesor de neurociencias, investigador catedrático de neurociencias del comportamiento en la Universidad Carleton, en Ottawa, Canadá, y autor del libro An Introduction to Stress and Health. “El estrés afecta los sistemas biológicos: hormonas, neurotransmisores, factores inmunitarios y factores de crecimiento.
Mientras tratas de manejar los factores estresantes, esos sistemas se activan para ayudarte a adaptar. Sin embargo, cada cuerpo tiene sus puntos débiles; si el tuyo es el sistema inmunitario, podrías desarrollar un trastorno relacionado con él. Si es tu proceso inflamatorio, podrías tener mayor acumulación de placa en las arterias y, por lo tanto, desarrollar padecimientos cardiacos”.
Pasa una temporada navideña saludable con estas estrategias antiestrés.
Según Anisman, una de las formas más eficaces de lidiar con el estrés es platicar con una amiga o un amigo; sin embargo, asegúrate de que sea una relación que te dé apoyo. “Si una persona en la que confías comenta ‘Te lo dije’, eso no es una ayuda”, señala el profesor.
“Hay personas en nuestra vida que son ‘causantes de estrés’, pesimistas, que ven el vaso medio vacío. Afectan a todos a su alrededor”. Anisman aconseja que trates de hablar con ellas para que cambien de actitud o, si te es posible, haz menos frecuente tu contacto con ellas.
La dopamina y otras sustancias de efecto benéfico que se liberan en nuestro cuerpo cuando hacemos ejercicio son un excelente antídoto contra el estrés. Invita a una amiga a acompañarte. “Así, no sólo no estarás tentada a dejar de hacer tu rutina diaria de ejercicio, sino que recibirás el apoyo social que necesitas”, afirma Anisman.
Durante los periodos de estrés, las vitaminas del complejo B, la vitamina C, el magnesio y la tirosina (un aminoácido precursor del neurotransmisor dopamina) “se agotan en nuestro cuerpo”, explica Aileen Burford-Mason, inmunóloga, bióloga celular y autora del libro Eat Well, Age Better. Ella recomienda tomar complementos de estos nutrientes para reforzar los que obtienes de los alimentos.
Hay personas que son más relajadas mentalmente que otras, y es probable que estas personalidades de tipo B sufran menos trastornos psicológicos. “Pero si eres tipo A, puedes modificar muchos de los rasgos asociados con esa personalidad por medio de la meditación mindfulness (atención plena)”, dice Anisman.
Ésta es una combinación de meditación y de terapia cognitiva conductual, que un terapeuta enseña, y te ayuda a aprender a adoptar una perspectiva más positiva. “La meditación mindfulness te enseña a ‘pensar en el momento’, a no preocuparte por el mañana, ya que éste se encargará de sí mismo o tú te encargarás de él”, añade el profesor. Sin embargo, la meditación es algo que debes aprender. Busca en Google “cursos de meditación mindfulness”, y elige el que más te convenga.
No dormir lo necesario nos hace más vulnerables a los efectos del estrés, dice Anisman. “Si sientes estrés cuando estás cansada, no podrás afrontar un problema de la misma manera en que lo harías si estuvieras descansada y alerta”.
Si tu incapacidad para conciliar el sueño y permanecer dormida te causa estrés, Anisman te aconseja cambiar de hábitos. “Si te duermes con facilidad en el sofá o en un sillón frente a la tele, entonces duerme allí”, dice.
“Lo peor que puedes hacer cuando estás agobiada es darles vuelta a las cosas una y otra vez de manera negativa”, advierte Anisman. Por ejemplo, pensar en todo negativamente o culpar a los demás o a ti misma no te lleva a ningún lado. “Actuar así te produce un estado similar a la depresión”.
Es mejor que trates de resolver los problemas pensando en lo que sí puedes hacer para resolver la situación. Obsérvala como si fueras una mosca en la pared. “Con frecuencia, si te apartas de una situación problemática puedes ver lo que está pasando realmente y encontrar una solución. Trata de ser proactiva”.
El estrés puede influir en tus hormonas del hambre —la ghrelina y la leptina— y hacerte sentir hambrienta aunque no lo estés. Ésta es la razón por la que muchas personas comen cuando están estresadas. “El problema es consumir alimentos ricos en grasas y azúcares para sentirte mejor. A la larga sólo conseguirás subir de peso”, dice Anisman.
En efecto, un estudio realizado en 2014 por la Universidad Estatal de Ohio reveló que las mujeres que tenían estrés quemaban 104 calorías menos que las que no estaban estresadas, después de haber consumido alimentos muy grasosos unas y otras. Según los investigadores, esto demuestra que el estrés altera el metabolismo y nos hace subir de peso.
Aunque realizar un trabajo voluntario tal vez les parezca contraproducente a las personas que ya están muy ocupadas, puede ayudar a reducir mucho su estrés, sobre todo cuando éste es efecto de la soledad que mucha gente experimenta en diciembre, cuando casi todo el mundo está con sus familiares o amigos.
“Hay estudios que demuestran que es muy gratificante hacer cosas agradables por los demás”, señala Anisman. “Disminuye nuestra sensación de estrés y soledad y nos produce bienestar”.
¿Te estresa la época navideña? ¿Por qué?