Si eres de las personas que prefiere resistir un poco el dolor antes de tomar cualquier medicamento, estas opciones pueden ayudarte bastante.
Vivir con dolor crónico puede hacer que las tareas cotidianas sean difíciles. Los analgésicos pueden ayudar a reducir o aliviar el dolor, pero todos tienen ventajas y desventajas.
Los analgésicos recetados, como los opioides, pueden ser extremadamente eficaces, pero conllevan el posible riesgo de adicción y sobredosis. Afortunadamente, hay varios tratamientos no farmacológicos que pueden ayudar a controlar el dolor.
Sigue leyendo a continuación para ver las ocho formas en que puedes aliviar tu dolor, sin drogas.
Este tratamiento es una opción cuando buscas un alivio natural del dolor. “La evidencia es ahora bastante buena de que la acupuntura puede ser útil en el dolor lumbar, el dolor de cabeza y la artritis. Los beneficios de la acupuntura se acumulan con el tratamiento continuo”, dice el Dr. Robert Bonakdar, director de control del dolor del Centro Scripps de Medicina Integrativa en La Jolla, California.
Explica que la acupuntura vuelve a conectar el cerebro aprovechando las áreas cognitivas que controlan la memoria y la respuesta al dolor. Conoce cómo nació la acupuntura.
“El ejercicio es una de las herramientas más poderosas que tenemos para el dolor crónico”, dice el Dr. Bonakdar. Mantenerse activo “permite a los pacientes aumentar su nivel de endorfinas, dopamina y oxígeno tisular, todo lo cual puede ayudar a reducir el dolor a la vez que mejora el estado de ánimo y el sueño”, añade.
El Dr. Bonakdar señala una revisión Cochrane de 2017 que encontró que el ejercicio aeróbico probablemente mejora la calidad de vida y puede reducir la intensidad del dolor en pacientes con fibromialgia.
Dicho esto, algunas personas dicen que el ejercicio aumenta la incomodidad, por lo que para eludir ese problema, es importante consultar a un médico o fisioterapeuta que pueda trabajar contigo para comenzar un programa y aumentarlo de manera segura.
La vitamina D desempeña un papel tanto en lo que respecta al control del dolor crónico como al sueño. En una revisión de 2017 en el Journal of Endocrinology, investigadores brasileños descubrieron que la suplementación de vitamina D está asociada con una buena higiene del sueño que puede tener un papel terapéutico, no solo en los trastornos del sueño, sino también en la prevención y el tratamiento de afecciones de dolor crónico.
Por un lado, la falta de sueño puede tener efectos inflamatorios aguas abajo que te hacen más sensible a los dolores. La falta de vitamina D también se ha relacionado tanto con las condiciones de dolor (como la fibromialgia) como con la falta de sueño. ¿Cuánta vitamina D es la adecuada para ti? Habla con tu médico antes de optar por tomar un suplemento.
“Hay pruebas de que el control del azúcar en sangre puede reducir la progresión del dolor en la artritis de rodilla y que seguir la dieta mediterránea puede reducir la sensibilidad al dolor”, dice el Dr. Bonakdar. (Estos son 5 secretos de la dieta mediterránea).
Un estudio de 2017 publicado en la revista Pain por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio, señala que comer alimentos con efectos antiinflamatorios puede disminuir las molestias a largo plazo, particularmente en aquellos que son obesos.
Es por eso que tiende a recomendar a sus pacientes que sigan una dieta antiinflamatoria baja en azúcar y alta en omega-3. (De hecho, planea dar a sus pacientes demostraciones de cocina sobre cómo usar los alimentos para reducir el dolor).
Ahora que te estás moviendo más, añade yoga. El dolor crónico puede cambiar tu cerebro: puedes perder materia gris, lo que afecta a tus emociones y cognición, dos factores que afectan al procesamiento del dolor, pero el yoga puede cambiar eso, sugiere un estudio de 2015 en la revista Pain.
Los investigadores descubrieron que las opciones de estilo de vida, como la práctica de la meditación y el yoga, pueden reducir la percepción del dolor y tener el efecto opuesto en el cerebro, al igual que el dolor crónico.
Además, al observar los modelos de roedores, los investigadores encontraron que la actividad física y un entorno socialmente enriquecido condujeron a una reducción del comportamiento del dolor y a la normalización de la función cerebral.
En la terapia cognitivo-conductual (TCC), el enfoque mente-cuerpo te ayuda a identificar y cambiar los pensamientos, emociones y comportamientos contraproducentes que desencadenan el dolor.
Puedes aprender a relajarte, identificar y cambiar los patrones de pensamiento destructivos, así como a identificar comportamientos que aumentan y disminuyen el dolor. En pocas palabras, es un enfoque de resolución de problemas.
La TCC, junto con otras técnicas psicoterapéuticas, como la biorretroalimentación y la atención plena, “pueden ayudar a reducir los niveles de dolor a la vez que modulan la actividad cerebral similar a la acupuntura”, dice el Dr. Bonakdar.
Hay muchas maneras en que la cúrcuma puede mejorar tu salud, incluido el funcionamiento cognitivo. Añade otro a esa lista: dolor crónico.
La cúrcuma contiene un compuesto antiinflamatorio llamado curcumina (que le da su tono amarillo), que “tiene evidencia clínica histórica y ahora sólida para reducir la inflamación y el dolor”, dice el Dr. Bonakdar.
Un metanálisis de 2016 publicado en el Journal of Medicinal Food concluyó que el extracto de cúrcuma era eficaz en el tratamiento de la artritis, aunque se necesita más investigación, señalan los investigadores.
Aún así, vale la pena añadir la especia a tus comidas (poner la raíz fresca en un batido, espolvorearla en agua mientras se cocina el arroz). Pregunta a tu médico si los suplementos son adecuados para ti.
Tomado de rd.com Natural Pain Relief: 7 Ways to Manage Chronic Pain Without Drugs
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