¿Qué es la flebitis?
Las venas varicosas algunas veces conducen a una seria alteración que se conoce como flebitis o inflamación de una vena, generalmente de las piernas.
La flebitis también se presenta como consecuencia de una intervención quirúrgica. Esta alteración es potencialmente peligrosa porque suele estar relacionada con la formación de un trombo, o coágulo de sangre, en la vena. Si el trombo se desprende del vaso donde se formó, se llama émbolo.
Estos émbolos originados por una flebitis se integran a la comente sanguínea y pueden quedar atrapados en las arterias pulmonares impidiendo el paso de la sangre a la parte del pulmón que esa arteria irrigue.
A veces la flebitis se manifiesta como consecuencia de la inmovilidad después de una operación, un parto o cualquier otro estado que requiera un largo periodo de reposo en la cama.
La vena afectada toma una coloración oscura y la zona que la rodea enrojece y duele. En casos graves puede haber fiebre y la pierna palidece.
¿Qué es un ataque cerebral?
Apoplejía, embolia cerebral y ataque cerebral son todos ellos términos que se emplean para describir una súbita anomalía que interrumpe el aporte de sangre al cerebro.
Esto puede ocurrir porque uno de los vasos que irrigan el cerebro se rompa o porque una arteria quede obstruida por un coágulo de sangre, una burbuja de aire o cualquier otra partícula extraña.
Las células cerebrales de la parte afectada se quedan sin oxígeno y dejan de funcionar temporalmente, pero si la interrupción se prolonga el tejido muere. Como consecuencia, las partes del organismo controladas por esas células cerebrales pierden su coordinación.
La gravedad de un ataque cerebral varia de acuerdo con el tiempo que dure la interrupción del aporte de oxígeno y la parte del cerebro dañada.
La isquemia cerebral transitoria, que es sólo una breve reducción del flujo de sangre al cerebro, se manifiesta por un lenguaje confuso, debilidad en las manos o en los pies, vista nublada o visión doble, síntomas que desaparecen a las pocas horas.
Un ataque cerebral leve generalmente produce una súbita e intensa jaqueca, pérdida del conocimiento y algunas disfunciones permanentes que con frecuencia no son fáciles de determinar.
Las apoplejías, embolias o trombosis cerebrales graves pueden causar una considerable pérdida de la memoria y de la agilidad mental, inquietud persistente en los pies, cambios bruscos del estado emocional y parálisis de uno o de ambos lados del cuerpo, dependiendo del hemisferio cerebral que haya sido afectado.
Si uno de estos ataques daña el centro cerebral que regula la respiración, lo más probable es que el paciente muera. En los países industrializados, los ataques cerebrales ocupan el tercer lugar como causa de muerte, después de las enfermedades cardiacas y del cáncer.