Animales con empleos insólitos
Cuando nos hablan sobre animales que trabajan, es común que pensemos en perros guía, caballos o mulas. Sin embargo, hay muchos otros que se dedican a realizar tareas muy poco ortodoxas. A continuación presentamos...
Cuando nos hablan sobre animales que trabajan, es común que pensemos en perros guía, caballos o mulas. Sin embargo, hay muchos otros que se dedican a realizar tareas muy poco ortodoxas.
A continuación presentamos cinco animales que tienen empleos extraordinarios.
Perros olfateadores de cáncer
Todos hemos oído hablar de perros que olfatean drogas y explosivos, pero nuestros amigos de cuatro patas también se han vuelto especialistas en detectar cosas menos palpables. En 2004 la científica Carolyn M. Willis y un grupo de colegas publicaron un artículo en el British Medical Journal. Dado que enfermedades como el cáncer tienen efectos en la química del cuerpo, ellos pensaron que podrían entrenar perros para que captaran la diferencia de olor entre personas sanas y otras que padecían cáncer de vejiga. Resultó que tenían razón. Adiestraron perros para que olfatearan varias muestras de orina y se echaran delante de aquellas que provenían de personas enfermas de esa forma de cáncer.
Aunque los canes entrenados por Willis y su equipo no lograron identificar las muestras de orina de enfermos de cáncer de vejiga con una precisión absoluta, los resultados del experimento fueron muy alentadores. Estudios más recientes indican que los perros olfateadores son capaces de identificar enfermos de cáncer mamario y pulmonar con una exactitud de entre 88 y 97 por ciento.
Los administradores de las agencias de biodetección canina dicen que los perros ofrecen al campo médico un método no invasivo y confiable para diagnosticar diversas enfermedades, desde cáncer de pulmón hasta diabetes. Pero a pesar de su alto grado de precisión, ningún método de detección de cáncer que se haya probado recientemente alcanza el nivel de confiabilidad de una biopsia.
Abejas detectoras de bombas
Se calcula que 800 personas mueren cada mes debido a minas explosivas. Según el UNICEF, hay más de 100 millones de estos artefactos enterrados en 64 países del mundo. Estas bombas son muy difíciles de desactivar; para ello se requiere tiempo, paciencia y cautela. Y una gran cantidad de dinero. UNICEF calcula que desactivar una sola mina cuesta entre 300 y 1,000 dólares. Pero, ¿y si hubiera una forma más fácil de hacerlo?
Una de las partes más complicadas de desactivar minas es determinar dónde están. El solo hecho de buscarlas es peligroso. Entonces, ¿cuál es la solución? ¡Abejas! Estos insectos viajan por todo el planeta olfateando flores en busca de néctar. Con base en esto, los científicos están utilizando los ultrasensibles receptores olfativos de las abejas para que localicen bombas y otros explosivos químicos. Primero se entrena a las abejas para que asocien el olor de esas sustancias con una fuente de alimento. En cuanto se ha establecido firmemente esta conexión, las abejas están listas para la tarea. Algunos investigadores sueltan a las abejas para que localicen el olor a explosivos, que ellas asocian con comida, y de esa manera encuentran las bombas. Otros usan abejas cautivas y simplemente establecen el momento en que extienden su probóscide al olfatear “comida” cerca.
Muchas empresas siguen buscando nuevas formas de emplear a las abejas en beneficio de la humanidad. Una compañía británica, Inscentinel, desarrolló un sistema que usa estos incansables insectos como detectores de sustancias químicas con fines de seguridad y sanidad.
Delfines militares
Mucha gente aún recuerda con cariño a Flipper. ¡Qué delfín tan amistoso y servicial! Bueno, pues resulta que sus congéneres se han vuelto aún más útiles: son miembros de la Infantería de Marina de Estados Unidos. Desde finales de los años 50, el Programa de Mamíferos Marinos de las Fuerzas Armadas de ese país trabaja con delfines y leones marinos a fin de utilizarlos para objetivos de seguridad nacional. La capacidad de ecolocalización y la gran inteligencia de los delfines los hace idóneos para detectar minas explosivas, patrullar puertos, resguardar barcos de incursiones submarinas no deseadas y ayudar a recuperar equipo perdido en los océanos.
La detección de minas es especialmente importante. De los 19 barcos de la Armada que han sido destruidos desde 1950, 14 de ellos fueron hundidos por minas. Cuando detectan una de estas bombas enterrada en el lecho marino o flotando en aguas profundas, los delfines usan su biosonar para adherir en ella marcadores flotantes sin peligro de hacerla explotar. De esta manera los barcos pueden esquivar las minas, o los buzos de la Armada proceden a retirarlas. Este programa de entrenamiento se hizo público en los años 90, cuando los archivos que lo documentan fueron desclasificados como secretos por el gobierno.
Serpientes que predicen terremotos
China sufrió tres terremotos en un solo año, el 2008. El ocurrido en la provincia de Sichuan, en mayo, fue considerado el más mortífero del país en más de tres décadas, y el más fuerte registrado en casi 60 años. De modo que, cuando tienen que afrontar desastres naturales tan devastadores, ¿a quién recurren los dirigentes chinos? ¿A equipos de alta tecnología? ¿A científicos de renombre internacional? No. Echan mano de serpientes.
Los asesores de los altos funcionarios chinos habían comenzado con observaciones de una especie de serpientes a las que ellos llaman “cabeceadoras”. Debido a su fisiología, estos reptiles son extremadamente sensibles a los cambios ambientales. Cuando perciben que se avecina un sismo, las serpientes sacuden la cabeza y muestran otros comporta-mientos erráticos.
“Si el sismo es muy fuerte, las serpientes incluso se lanzan de cabeza contra las paredes tratando de escapar”, explica Jiang Weisong, director del centro sismológico de Nanning, China, una ciudad especialmente propensa a los terremotos. Esta dependencia instaló un sistema que monitorea el comportamiento de las serpientes las 24 horas del día toda la semana, por medio de videocámaras y una conexión a Internet de banda ancha. Weisong confía en que podrán predecir el próximo gran terremoto que sacuda la región. Se dice que las serpientes cabeceadoras son capaces de “sentir” un sismo desde una distancia de 120 kilómetros y hasta cinco días antes de que ocurra.
Gatos terapeutas
Cada vez más a menudo vemos mascotas en hospitales y hogares para ancianos. Los amantes de los animales aseguran que interactuar frecuentemente con ellos calma los nervios, disminuye la presión arterial y ayuda a prolongar la vida. Los perros son los animales terapeutas más comunes, ya que las mascotas tienen que ser amistosas y dóciles para ganarse un puesto como cuidadoras de enfermos, dos aptitudes que pocos gatos tienen. Sin embargo, las investigaciones indican que el hecho de que los mininos no meneen la cola ni miren a la gente con expresión cordial no significa que no puedan colaborar en el proceso de curación. Los gatos tienen algo a su favor: el ronroneo, cuya frecuencia va de los 50 a los 150 hercios.
Diversos estudios han demostrado que la exposición regular a sonidos en ese rango de frecuencias aumenta la densidad ósea y apresura la cicatrización de heridas. La investigación en este campo ha acrecentado la popularidad de los gatos terapeutas y renovado el respeto hacia estos animales por los beneficios que aportan a la salud humana.