Se rompió el silencio contra el acoso sexual
Cada año, desde 1927, la revista Time dedica su última portada a la persona o personas más influyentes en dicho periodo.
Después que el 2016 estuviera empapado por una elección presidencial que dividió a Estados Unidos y a pesar de todas las historias que plagaron los medios de comunicación sobre su comportamiento, la persona del año en ese entonces fue Donald Trump.
Pero la vida da muchas vueltas y este año llega a tomar la estafeta un movimiento creado por las mismas víctimas que el año pasado parecían no ser tan importantes. Las personas del año 2017 son quienes rompieron el silencio, los y las que sin importar el miedo o la impotencia decidieron salir de las sombras y compartir su historia.
A partir del verano del 2017, muchas actrices de Hollywood se unieron en una misma voz en contra del famoso productor Harvey Weinstein, destapando un secreto a voces que hacía eco por los pasillos de una de las productoras mas importantes del mundo.
Si se hubiera tratado solo de una pequeña voz quizás se hubiera hundido en el mar, pero a esta se le unieron cada hora, cada día más y más testimonios de personas que también habían tenido una experiencia así. Nada puede frenar ya a este tsunami.
Bajo la etiqueta #MeToo (Yo también), las redes sociales se convirtieron en el lugar ideal para desahogar un poco el dolor y la frustración que queda tras ser víctima de algún tipo de acoso sexual. Este fue el movimiento que marcó el 2017.
Mujeres y hombres de todas las razas, clases sociales, ocupaciones y de todos los rincones del mundo formaron una revolución que parecía haber explotado de la noche a la mañana, pero realmente se gestó, maduró y floreció por mucho tiempo, y todos aquellos que pensaron que el silencio era la única manera y que no había manera de salir, por fin encontraron una puerta sin seguro.
La revista Time eligió a mujeres y hombres que tienen vidas y contextos completamente diferentes: actrices de Hollywood, cantantes, directoras y directores de cine, empresarias, profesoras, mujeres que ayudan en la limpieza del hogar, recolectoras del campo, miembros de la suprema corte… Nadie se ha salvado de tener una historia que se relacione con este movimiento.
Es muy importante vernos reflejados en el valor de estas personas que, arriesgando todo por lo que han trabajado se han atrevido a abrir el camino para todos aquellos que no encontraban la manera.
Dejemos de ser víctimas, de preguntarnos: “¿Por qué pasó?”. Hay que caminar con la cabeza en alto y entender que el abusador es el que debe ser juzgado, que no hemos hecho nada malo y que alzar la voz puede llegar incluso a salvarle la vida a alguien que no conocemos.
¿Qué opinas del surgimiento de este movimiento y sus consecuencias en los diferentes ámbitos sociales?