¿Ansias una mente más aguda? Entonces aliméntala

Fruta dulce, crujientes frutos secos y granos enteros que sacian son parte de la dieta mediterránea, que puede ayudar a disminuir un 68 por ciento el riesgo de Alzheimer

¿Caminar te vuelve más inteligente? ¡Sí! El ejercicio es como un ‘tónico milagroso’ para la mente; unos pocos minutos por día estimulan el crecimiento de neuronas.

Al cerebro le encanta la compañía. Divertirte con tus amigos es una excelente opción. Las personas con vidas sociales activas tienden a sufrir menos deterioro cognitivo.

Desafía a tu cerebro. Las nuevas experiencias lo mantienen joven; el placer y la sorpresa ponen brillo en tu mirada y vigor en tu paso.

Los destructores suaves del estrés —abrazar, reír, relajarse— protegen al cerebro de los efectos corrosivos de la tensión y estimulan la felicidad.

Los granos enteros —como la avena y el salvado— ayudan a evitar los aumentos de azúcar en la sangre que son tóxicos para el cerebro.

Las semillas de linaza son ricas en proteínas, fibras y grasas ‘buenas’ como las del pescado: todo lo que tu cerebro podría pedir.

Muda las comidas y fiestas al aire libre: ¿Tienes una mesa de picnic? Entonces puedes comenzar. Los alimentos servidos en exteriores tienen mejor sabor, y sentarse en el jardín, en una terraza o en un balcón te invita al igual que a tus acompañantes a entretenerse y disfrutar de la compañía del otro, sin olvidar el aire fresco.

Controla la presión alta: Si quieres proteger tu cerebro mantener la presión arterial saludable es uno de los pasos más importantes que puedes dar. En un estudio donde se siguió a más de 8 mil mujeres y hombres mayores durante más de 10 años, la presión arterial alta aumentaba un 50 por ciento el riesgo de demencia. En otro estudio, las habilidades de pensamiento disminuyeron en personas cuyos niveles de presión arterial no fueron verificados en dos años.

Minerales que bajan la presión arterial: Potasio, que puedes hallar en papas con cáscara, salsa de tomate, jugo de naranja, y calcio, que puedes encontrar en hojas de nabo, brócoli, espinacas cocidas y leche descremada.