Si puedes detener la sangre y mantener la herida limpia para evitar infecciones, ya habrás hecho tu parte, la naturaleza se encarga de lo demás. Lo que necesitas es algodón y agua para limpiar, alcohol quirúrgico o antiséptico, vendajes, tela adhesiva y crema antiséptica.
Otros remedios que pueden servir para heridas cuando no tienes nada más, se encuentran al alcance de la mano, desde miel, aojo o tu propia saliva.
Te acabas de cortar con un objeto filoso —un cuchillo de cocina, la rasuradora, un pedazo de vidrio, hasta con una hoja de papel. O has tenido un encuentro repentino con el pavimento y perdiste un poco de piel del codo o rodilla. Habrá un sangrado visible y posiblemente una invisible invasión de bacterias en la herida e inminente riesgo de infección.
Para detener el sangrado, aplica presión en la herida con una tela limpia o gasa. Para oprimir usa la mano.
Una vez que el sangrado se ha detenido, limpia suavemente el área alrededor de la herida con jabón y agua. Luego aplica un vendaje.
También puedes limpiar una cortada con tintura de caléndula, una hierba que mata las bacterias, conocida por sus poderes sanadores de heridas. Busca extracto de caléndula, que es una fórmula baja en alcohol. Si no la encuentras, usa la tintura estándar y dilúyela con un poco de agua. Para un alivio más rápido, prueba aplicar crema de caléndula que se vende en tiendas de alimentos naturales y farmacias.
Dos veces al día puedes limpiar la cortada con mirra, que estimula la producción de glóbulos blancos, las células que se juntan en el lugar de la lesión para combatir la infección. Mezcla una cucharadita de tintura de mirra (disponible en las tiendas de alimentos naturales) con 100 ml de agua. Vierte un poco sobre la herida o abrasión y no cubras hasta que se seque.
Aceite del árbol del té. Contiene un fuerte compuesto antiséptico y es muy popular alrededor del mundo para tratar las heridas. Vierte 1.5 cucharaditas de aceite en una taza de agua tibia y úsala para enjuagar las heridas dos veces al día.
Si no tienes acceso a una crema antiséptica, entonces una un poco de miel y cubre la herida con una tela o un vendaje limpio. La miel tiene propiedades antibacteriales y hay estudios que muestran que puede acelerar la curación de la herida. Si no tienes tela o bandas adhesivas a la mano, no te preocupes, la miel se seca para formar una cubierta natural.
El ajo es otro antibiótico natural. Prueba poniendo un diente de ajo machacado sobre la herida. Si irrita la piel, retíralo de inmediato.
Parece que los niños se las arreglan para rasparte las rodillas casi todos los días. Una útil solución es la vaselina. Protege la piel raspada y mantiene la costra suave para evitar la tentación de levantarla. Además, la vaselina o cualquier otro producto parecido harán lo que haga falta.
Si no te puedes lavar la herida —estando en una caminata a la mitad de ninguna parte, por ejemplo— entonces lámela. Un reporte en The Lancet describe los efectos beneficiosos de lamer una herida, pero debe ser con tu propia saliva. Si lo hace alguien más existe el riesgo de infección.
Existen productos médicos que unen la piel instantáneamente, por lo que resultan muy útiles para atender pequeñas cortaduras, como las que se causan con una navaja o una hoja de papel. Sin embargo, necesitas presionar y juntar apropiadamente las orillas de la cortada, ya que esto no puede trabajar con heridas muy profundas o desgarradas, o en unas sobre una articulación que se mueva mucho. Si no se usa bien, lo único que hace es dejar una cicatriz más grande, ya que el pegamento puede crear simplemente una ‘capa’ en la herida que impide que las orillas de la piel se unan. Asegúrate de no tocar el pegamento mientras se está secando o terminarás pegando pedacitos tuyos que no quieres que se peguen.
Lo más recomendable es aplicar miel pura de abeja en la herida. Después de asearla bajo el chorro del agua, cúbrela de miel, que por ser un magnífico astringente la mantendrá limpia y ayudará a cicatrizarla de manera natural.
Llámalo si tu herida no cierra, deja de sangrar o si tiene cualquier signo de infección (pus, fluido inusual, fiebre, rayas rojas que se esparcen hacia afuera desde la herida). Si tienes una herida profunda —en especial si está contaminada con abono—tu doctor puede aconsejarle que se vacune contra el tétanos.
Algunas personas dicen que espolvorear pimienta negra sobre la herida detendrá el sangrado de inmediato, y puede ser que detenga o no el sangrado más rápido, pero la pimienta negra tiene propiedades analgésicas, antisépticas y antibióticas.
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