225 g de pechuga de pollo, sin piel ni hueso, cortadas en tiras
2 dientes de ajo finamente picados
1/4 de taza de harina de trigo
1/4 cucharadita de pimienta negra molida
450 gramos de pasta (puede ser tornillo o espagueti)
1 taza de caldo de pollo
1/2 taza de leche
1 taza de perejil picado
1 taza de albahaca fresca (no utilices albahaca seca)
1/3 taza de queso parmesano rallado
Hojas de albahaca fresca (opcional ya que solo la utilizaremos para decorar)
Queso parmesano rallado extra para decorar
Elaboración
En una olla honda, pon a hervir 4 litros de agua. En una sartén grande, derrite la mantequilla a fuego moderado. Agrega el pollo y saltea durante unos 7 min o hasta que esté ligeramente dorado. Con una cuchara perforada, pásalo a un tazón y conserva caliente.
Añade el ajo picado a la sartén y saltea durante unos cuantos segundos. Incorpora la harina y la pimienta; cocina hasta que la mezcla comience a burbujear. Retira la sartén del fuego. Cocina la pasta en el agua hirviendo según las instrucciones del paquete o hasta que se sienta tierna, pero aún firme al morderla.
Mientras tanto, con un batidos de alambre, integra poco a poco el caldo de pollo en la mezcla de harina. Incorpora gradualmente la leche. Regresa la sartén al fuego moderado. Cocina la mezcla de 2 a 3 min o hasta que esté espesa, sin dejar de revolver.
Con un procesador de alimentos o con una licuadora eléctrica, haz puré la salsa; añade el perejil y la albahaca. Sigue licuando hasta que la mezcla adquiera un color verde; detente de vez en cuando para raspar los lados del recipiente.
Escurre la pasta por completo y pásala a un tazón. Agrega el pesto cremoso, las tiras de pollo y el queso; revuelva hasta mezclar bien. Adorna con hojas de albahaca, y más queso parmesano rallado, sirve de inmediato.