Así cambian tus labios genitales y tu vagina con el tiempo
Deja ya el miedo y la pena a preguntar y a investigar. Así cambian tus labios genitales y tu vagina con el paso de los años. ¡Es lo natural!
Hablemos sin miedo y sin pena. Los labios genitales y la vagina de cada mujer tendrán diversos cambios en la vida como el resto del cuerpo. En esta nota te platico un poco sobre esos cambios que has tenido desde bebé, por los que quizás estás pasando o pasarás.
Recuerda que los genitales femeninos se conforman por las partes externas y las internas.
Las partes externas se integran por: labios vaginales mayores y menores, clítoris, uretra, abertura vaginal y pubis.
Las partes internas están constituidas por: himen, vagina, cuello uterino, útero, trompas de Falopio, franjas ováricas y ovarios.
Ahora bien, como todo el cuerpo humano, los genitales pasan por un desarrollo con el curso de los años. En el caso de los genitales femeninos, los estrógenos –hormonas, que producen los ovarios–, juegan un papel de suma importancia cuando hablamos de estos cambios.
Por lo tanto, podemos identificar etapas específicas donde suelen darse ciertos cambios en los labios genitales y en la vagina.
En la infancia, gracias a los estrógenos de la mamá, una bebé tiene tejidos con más grasa subcutánea en los genitales externos, por eso se ven más gruesos. Esto disminuye con el paso de las semanas.
El siguiente cambio notable sucede en la adolescencia, cuando comienza la producción de estrógeno en los ovarios. Esto aumenta el grosor de la mucosa vaginal donde la microbiota vaginal comenzará a nutrirse y el pH se volverá ácido. La vagina se volverá más elástica, rosada y lubricada.
La grasa aumenta en los labios genitales y en el pubis. La piel se vuelve más rugosa y el clítoris adquiere volumen. También comienza a aparecer el vello público.
Al llegar los 20 años y alcanzar la juventud, los labios mayores comienzan a adelgazarse ligeramente, pues la grasa subcutánea va disminuyendo. En esta etapa perdura cierta estabilidad en los cambios.
En la adultez y sobre todo para los 30, llegan más cambios hormonales, lo que provoca que la vulva y la vagina vayan oscureciendo su tono, más si sucede un embarazo.
Durante el embarazo los tejidos se encuentran más congestionados, sube la producción de hormonas y muchas mujeres notan un aumento relevante en su flujo vaginal usualmente en el tercer trimestre, pero también puede pasar desde el primero.
Es importante no perder de vista los cambios en el flujo, pues que se torne verde podría indicar una vaginosis, que podría causar un parto prematuro; o bien, flujo marrón en el primer trimestre podría indicar alerta de aborto.
Es normal que durante el embarazo la vulva se oscurezca, pero con el paso de las semanas después del parto la zona volverá a su color previo.
En el posparto otros cambios son más notorios, pues la rigidez de la vagina y del suelo pélvico decaen, lo que podría provocar flacidez vaginal y pérdida de sensibilidad.
Por lo anterior, al pasar la maternidad, se necesita una revisión global, atenta y cuidadosa por parte de los médicos para que no haya mayor alteración en la recuperación de la elasticidad y del tono muscular de la vagina y del suelo pélvico.
Por otro lado, aparece resequedad vaginal por la disminución de hormonas.
En la etapa de la menopausia la producción de estrógenos se reduce notablemente, esto provoca que la mucosa vaginal pierda elasticidad y se vuelva fina nuevamente, como en la infancia. El flujo sanguíneo disminuye y como consecuencia la lubricación también.
Respecto a la vulva, el tejido se oscurece y pierde tersura. La grasa subcutánea continúa disminuyendo en el pubis y en los labios genitales, esto provoca la pérdida de volumen y se da la flacidez.
A pesar de no haber tenido un parto natural, la flacidez vaginal y otros problemas como la incontinencia pueden ser latentes por el deterioro del suelo pélvico.
Ver esta publicación en Instagram
Las consecuencias de los cambios que experimentan los genitales femeninos pueden llegar a ser dolorosos e incómodos, pues aparece la atrofia vaginal y la sequedad, lo que produce picor y ardor.
Por lo tanto, mantener relaciones sexuales puede volverse doloroso e insatisfactorio, incluso se da la pérdida del deseo sexual.
Por otro lado, los cambios en la microbiota vaginal propician infecciones vaginales y urinarias. Aunado a la musculatura del suelo pélvico, pueden comenzar a ser más frecuentes las fugas de orina.
¿Sabías que una de cada cuatro mujeres mayores de 35 años padece incontinencia urinaria?
Respira tranquila, porque la respuesta es sí.
La vagina y el suelo pélvico son músculos, por esta razón pueden ser trabajados y pueden volverse a tonificar. De hecho, comenzar a ejercitar estos músculos en una edad temprana ayuda a prevenir para el futuro.
Una cosa debes saber, la rehabilitación vaginal y del suelo pélvico necesita constancia en el ejercicio, buena nutrición y buenos hábitos para que los músculos respondan adecuadamente.
Respecto a la apariencia estética de los labios genitales y las molestias en la vagina, pueden tratarse con ácido hialurónico.
El ácido hialurónico regresa la hidratación a la vagina, regenera el tejido y le da sustento, ayuda a la cicatrización y revierte las células que cambiaron con el tiempo.
Los labios genitales mayores pueden rellenarse con ácido hialurónico para recuperar la tersura y firmeza o incluso con tu propia grasa de otra zona del cuerpo.
Ya sabes, ¡sin miedo a investigar! Existen más métodos para rejuvenecer tu zona íntima.