Hace muchos años mis padres salieron de vacaciones y me pidieron que fuera a su casa todos los días para darle de comer al gato. Con el fin de ahorrar gastos, mi mamá dijo que solo llamaría en caso de emergencia. Dos semanas más tarde, mientras alimentaba yo al minino, sonó el teléfono. El animal corrió hacia el aparato y, cuando se encendió la contestadora automática, oí a mi madre hablarle a su mascota. Al despedirse, prometió volver a llamar en la noche. Por curiosidad, revisé la contestadora y vi que en esas dos semanas ¡mamá había telefoneado 28 veces al gato!
Rob Dunsworth, Canadá
Cuando se incendió su casa, mi cuñado vio a los bomberos luchar sin éxito para salvar el invernadero. Uno de ellos trató de consolarlo, diciendo: “Lo siento, no pudimos sacar las plantas, pero al menos las regamos”.
Roberta Hunt, Estados Unidos
En una ocasión tuve que dar varias vueltas en un estacionamiento en busca de un cajón libre, sin éxito. Entonces vi a una pareja caminando delante de mí.
—¿Van a salir? —les pregunté.
—No —contestó el sujeto—, solo somos amigos.
George Tobin, Estados Unidos
Cierto 14 de febrero, una compañera mía del trabajo recibió un ramo de flores acompañado de una tarjeta que simplemente decía “No”. Ella pasó toda la mañana tratando de descifrar qué había querido decir su esposo con ese enigmático mensaje.
Sin embargo, acabó rindiéndose y decidió telefonearlo.
“Cuando hablé con la empleada de la florería”, dijo el marido, “me preguntó si quería añadir un mensaje y respondí: ‘No’”.
Ginette Hughes, Reino Unido
El día que obtuve mi permiso de aprendiz, mi padre accedió a darme una clase de manejo. Con una gran sonrisa, entró al auto y se acomodó detrás del asiento del conductor.
—¿Por qué no te sientas aquí adelante, junto a mí? —le pregunté.
—Kirsten, he estado esperando este momento desde que eras una niñita —respondió papá—. Ahora me toca a mí sentarme aquí atrás y patear el asiento.
Kirsten Wiley, Canadá
Un día, cuando llegué a casa, encontré a mi esposo sentado en el sofá viendo la televisión.
—Pensé que ibas a cortar el césped —dije.
—Estoy esperando una parte.
—¿Qué parte?
—La parte de mí que quiera hacerlo.
Beth Madden, Canadá
Verdades mágicas
¿Eres padre o madre de familia? Entonces, seguramente comprenderás estos tuits:
Esta mañana, mi hijo de 14 años se burló de mí porque yo tenía que ir a trabajar mientras él se quedaría a jugar con la nieve, así que antes de salir de casa cambié la contraseña del wifi.
Mis hijos querían saber qué se siente ser mamá; decidí despertarlos a las 2 de la madrugada para informarles que ya no traía puesto un calcetín.
Hija: “Estás invadiendo mi espacio personal”. Madre: “Bueno, tú saliste de mi espacio personal”.
¿Debería preocuparme más por el hijo que se encerró hoy en mi dormitorio o por el que me enseñó a abrir la cerradura?
boredpanda.com
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