¿Cómo saber cuándo está demasiado larga tu barba? Cuando los comentarios dejan de ser “¡Oye, me encanta tu barba!” y se convierten en “¡Mira, una barba!”
Ron Babcock, Estados Unidos
Ya es hora de que Facebook cambie la opción de “Personas que podrías conocer” por “Personas que definitivamente conoces e intentas evitar a toda costa”.
@bridger_w
La primera persona que vio un atardecer, seguramente pensó: “¡Vaya! Esto no augura nada bueno…”
@cakethrottle
En unas vacaciones recientes viajamos con nuestra casa rodante a Filey, en el norte de Yorkshire, Inglaterra. En general hubo buen tiempo, pero un día llovió sin parar. Como ya habíamos llevado a pasear a nuestros perros, decidimos aprovechar la lluvia para hacer algunas compras.
Nos estacionamos fuera del supermercado y mi esposa entró, mientras yo la esperaba en el auto con los perros. Como siempre, me entretuve viendo a la gente, fijándome en lo que hacía para no mojarse. La mayoría de las personas se estacionaban lo más cerca posible de la puerta y luego corrían dentro de la tienda. Sin embargo, hubo quienes se fueron al otro extremo. Un vehículo logró estacionarse en un espacio muy reducido; antes de bajar, un pasajero sacó el paraguas por la portezuela y lo abrió, cerciorándose de permanecer debajo de él, y luego esperó a que saliera el conductor para cubrirlo de la lluvia.
Me sorprendió ver que ambos pasajeros eran hombres jóvenes, vestidos con pantalones cortos, quienes al parecer tenían aversión al agua y deseaban mantenerse secos para no estropear su peinado. También noté que había algo escrito en el dorso de sus chaquetas, pero no alcancé a leerlo. No obstante, cuando salieron de la tienda y repitieron el mismo proceso, pero en sentido inverso, con toda claridad vi que sus chaquetas decían “Salvavidas”.
David Hyde, Reino Unido
A veces, mi esposa ronca si se pone boca arriba mientras está durmiendo. Hace unas noches estaba roncando con tanta fuerza, que me despertó, así que la toqué levemente en el hombro y le dije:
—Date la vuelta.
Nuestro perro, que estaba echado al pie de la cama, obedeció de inmediato al oír mis palabras.
Pierre Chenier, Canadá
Cierta noche, cuando me disponía a salir del centro deportivo que frecuento, noté que había una botella pequeña de whisky sobre una silla. La recepcionista me informó que la persona encargada de los objetos extraviados ya se había marchado, y luego siguió trabajando en su computadora.
Preocupada, decidí llevarme la botella, pero antes dejé un mensaje en el tablero de anuncios con mis datos para que el dueño pudiera comunicarse conmigo. Al día siguiente un hombre me llamó por teléfono, y lo primero que hizo fue preguntarme si había yo bebido el contenido.
—¿Por qué le preocupa tanto eso? —quise saber.
—¡Es que la botella contiene una muestra de orina! —dijo, angustiado.
Jill Cohen, Reino Unido