Mi superpoder mutante es poder abrir el empaque de cualquier bocadillo de manera incorrecta, por lo que es imposible volver a cerrarlo.
–@APARNAPKIN
Cada cumpleaños, mi esposo me regala un perfume con un delicado aroma floral que me encanta. El año pasado, que él tenía poco dinero, le dije que no se molestara en comprarme un obsequio. En lugar de eso, le pedí que escribiera a mano una hermosa carta que resumiera nuestros 25 años juntos.
Mi marido se inclinó, tomó mi mano con suavidad y me suplicó: “¿Puedo solo comprarte un frasco de perfume?”.
-LISA COLLINS, Estados Unidos
Mientras hacía trabajo voluntario, me puse a cantar uno de mis temas favoritos para pasar el tiempo. Un sujeto que estaba conmigo aguzó el oído.
–¿Quién canta eso? preguntó.
– Los Traveling Wilburys respondí.
– Tras asentir con la cabeza, el hombre añadió:
-Bueno, mejor dejemos que canten ellos.
-CHRISTOPHER THORSEN, Estados Unidos
Cuando el grupo de turistas con el que yo viajaba entró en una cafetería para desayunar, la mujer que iba conmigo se dirigió directo hacia el pastel de zanahoria. Pero, justo cuando iba a tomar una rebanada del mostrador, lo pensó mejor y retiró la mano. Mientras se daba la vuelta, la escuché murmurar:
“No, es demasiado temprano para comer verduras”.
-BETTY ROSIAN, Estados Unidos
Una mañana mi esposo entró en nuestra habitación y dijo en tono meloso: “¿Cómo está mi bella durmiente?”. Sonreí y abrí los ojos, solo para verlo acariciar la cabeza de nuestra cachorra dormida.
-@VISIONBORED 1
Mi reloj inteligente dejó de funcionar, lo cual significaba que no obtendría ningún crédito por todos los pasos en mi próxima clase de zumba. Por fortuna, mi esposo acudió al rescate. Al entregarme su reloj inteligente, dijo: “Toma el mío. Necesito hacer ejercicio”.
-DEBBIE WALLIS, Estados Unidos
Cierta vez, cuando fui de visita a casa de mi madre, al revisar el congelador vi unos ravioles estilo polaco y me ofrecí a cocinarlos.
–No, gracias -dijo ella-. Los preparó tu hermana, pero no me gustan.
–¿Y ya se lo dijiste? -indagué. Por supuesto que no -contestó mi mamá-. Si lo hiciera, no volvería a traerlos.
-DAVE CURRAN, Estados Unidos
Yo, llegando tarde a las presentaciones: “Lo siento, problemas con la cadena de suministro”.
–Delia Cai, escritora