¿Alguna vez te ha pasado que un color parece cambiar ante tus ojos? No es tu imaginación: un nuevo estudio publicado en Nature revela una sorprendente ilusión óptica de color que demuestra cómo el cerebro puede confundir el azul con el morado dependiendo del lugar exacto de la retina donde se mire.
Los científicos descubrieron que el mismo estímulo visual —como un círculo de color uniforme— puede verse distinto según si lo observamos de frente o con la visión periférica. Este fenómeno, que ya se considera una de las ilusiones más reveladoras del año, nos enseña que la estructura del ojo humano influye directamente en cómo percibimos el mundo.
El experimento que confundió a los ojos humanos
El estudio, liderado por el neurocientífico Hinnerk Schulz-Hildebrandt, mostró a los participantes círculos idénticos en color. Cuando miraban directamente al centro, veían un tono morado; pero cuando los observaban de reojo, los mismos círculos parecían azules.
La explicación está en la retina, el tejido del ojo que capta la luz. En su zona central, llamada fóvea, se concentran los conos —las células que detectan los colores—, pero curiosamente, los que perciben el azul son casi inexistentes allí. En cambio, las zonas periféricas tienen más conos sensibles al azul y bastones, responsables de detectar movimiento y luz.
Resultado: cuando miras un punto directamente, tu cerebro “pierde” parte del color azul y lo interpreta como morado. Pero cuando lo ves desde un ángulo, el color se vuelve más azulado.
Representación esquemática en corte transversal del ojo humano, con un recuadro ampliado de la región de la fóvea. La fóvea contiene diferentes tipos de conos: conos S (azul), conos M (verde) y conos L (rojo). Cabe destacar que los conos S están ausentes en el centro mismo de la fóvea. (Creado en BioRender. Schulz-Hildebrandt, H. (2025) https://BioRender.com/saerzfa)
Lo que revela sobre tu cerebro (y tu vista)
Este descubrimiento demuestra que la percepción visual no depende solo de lo que ves, sino de cómo está hecho tu ojo. Cada persona puede experimentar ligeras variaciones según la densidad de sus células o la sensibilidad de su retina.
Según expertos como el doctor Nicolas Davidenko, de la Universidad de California, este tipo de ilusiones ayudan a los científicos a comprender mejor los límites del sistema visual y pueden tener aplicaciones clínicas. Por ejemplo, podrían servir para detectar alteraciones en la retina o evaluar la salud ocular sin recurrir a equipos complejos.
Más que un truco visual
Más allá de lo curioso, este fenómeno es una ventana al funcionamiento de nuestro cerebro. Nos recuerda que la realidad visual es una construcción, una mezcla entre lo que perciben nuestros ojos y lo que interpreta la mente.
Así, una simple ilusión óptica se convierte en una herramienta poderosa para entender cómo procesamos el color, la luz y la forma. Y también, para apreciar lo extraordinario que es algo tan cotidiano como mirar.