Cuando bajan las temperaturas, muchas personas comienzan a notar más rigidez, incomodidad o dolor articular por frío. Para quienes viven con artritis, osteoartritis o lesiones previas, el invierno puede convertirse en una temporada especialmente complicada. Aunque durante años se pensó que era solo una percepción, hoy la ciencia confirma que el clima sí puede influir en el bienestar de las articulaciones.
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Diversos estudios han demostrado que el frío, la humedad y los cambios en la presión atmosférica pueden agravar síntomas articulares ya existentes. Comprender por qué ocurre y qué medidas tomar es clave para mantener la movilidad y reducir el dolor durante los meses más fríos.
¿Qué dice la ciencia sobre el dolor articular y el clima?
Un análisis publicado en la National Library of Medicine (2023) encontró que los factores meteorológicos están significativamente asociados con el dolor en articulaciones afectadas por osteoartritis. En la misma línea, la Arthritis Foundation señala que el clima frío y húmedo puede intensificar la rigidez y la sensación de dolor, especialmente en personas mayores.
“El frío no causa daño directo en las articulaciones, pero sí puede agravar síntomas existentes”, explica el Dr. Carlos Suárez Ahedo, ortopedista especialista en cirugía de cadera y rodilla.
¿Por qué aumenta el dolor articular cuando hace frío?
Aunque no hay una sola causa, los especialistas coinciden en varios factores:
- El líquido sinovial se vuelve más denso, reduciendo la lubricación articular.
- Los músculos y tejidos pierden flexibilidad, generando rigidez.
- Los cambios de presión atmosférica pueden provocar inflamación leve.
- La menor actividad física en invierno afecta la circulación y la fuerza muscular.
¿A quién afecta más el dolor articular por frío?
El impacto varía entre personas, pero suele ser más intenso en quienes tienen:
- Osteoartritis
- Artritis reumatoide
- Lesiones articulares previas
- Movilidad reducida
Un estudio de Arthritis WA reveló que 67 % de las personas con artritis perciben más dolor con los cambios de clima.
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Consejos para cuidar las articulaciones en temporada de frío
Para reducir el dolor articular por frío, los especialistas recomiendan:
- Abrigarse bien, especialmente rodillas, manos y cadera.
- Mantenerse en movimiento con caminatas y estiramientos suaves.
- Calentar antes de hacer ejercicio durante al menos 10 minutos.
- Aplicar calor local con compresas o baños tibios.
- Evitar posturas prolongadas y hacer pausas activas.
- No suspender tratamientos médicos ni fisioterapia.
- Consultar al especialista si el dolor empeora o cambia.
Conclusión
El dolor articular por frío no es un mito, pero tampoco una sentencia inevitable. Aunque el clima no provoca enfermedades articulares, sí puede intensificar los síntomas en quienes ya viven con dolor crónico o inflamación.
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Adoptar hábitos simples —abrigo adecuado, movimiento constante y seguimiento médico— puede marcar una gran diferencia durante el invierno. Como señala el Dr. Carlos Suárez Ahedo: “El clima no se puede controlar, pero sí la forma en que cuidamos nuestro cuerpo”.