Dificultades gastronómicas
Un día compré un envase grande de helado Häagen-Dazs en el supermercado. Mientras la cajera me cobraba, le pregunté en son de broma:
—¿Y cómo se pronuncia eso?
—Cuatro dólares y setenta y nueve centavos —contestó ella, pronunciando lenta y claramente cada una de las sílabas.
@adamhess1
Hace muchos años mis primos y yo acompañamos a nuestro abuelo a una tienda de aparatos electrónicos. Mi prima, entonces de cinco años, se dedicó a hacer muecas a la cámara de vigilancia, y mi primo, de nueve, a correr por los pasillos. Cuando el abuelo por fin terminó de hacer sus compras, fuimos al estacionamiento y subimos a la camioneta. Mi primo ocupó el asiento del copiloto, y yo me senté en la parte trasera.
Mientras nos dirigíamos a casa, yo no dejaba de mirar el asiento vacío que estaba a mi lado, pensando que tal vez querían deshacerse de mi prima, porque cada vez que Jenny hacía travesuras, sus papás le decían: “Escucha, hija, si no te portas bien, te vamos a dejar olvidada”. Sin embargo, cuando estábamos por llegar a nuestro destino, no pude resistir más y pregunté:
—Oye, abuelito, ¿y Jenny?
—¡Qué ocurrencia! Pues está sentada junto a ti —contestó.
—No es cierto —dije—, mi prima no está con nosotros desde que salimos de la tienda.
El abuelo dio un frenazo y volteó a ver el asiento vacío.
—¡Ay, Karencita, ¿por qué no me lo dijiste antes?! —exclamó angustiado, y volvimos a toda prisa al almacén.
Por fortuna, Jenny aún estaba allí, haciéndole muecas a la cámara.
Karen Santos, El Salvador
Cierta vez mi esposo, que suele irse por las ramas siempre, me pidió que lo ayudara a editar un documento que había redactado. Tras echarle un vistazo, le dije que, para hacerlo más conciso, debía cortar todas las oraciones a la mitad. Sin pensarlo dos veces, él extendió el documento frente a mí y exclamó: “¡Muérdelo!”
Sharon Wallace, Canadá
Cuando me siento decaído, simplemente escribo “Heres el mejor” en Google. Entonces, el motor de búsqueda responde: “Tal vez quisiste decir ‘Eres el mejor’”. Eso me levanta el ánimo de inmediato.
Jack Barry, comediante
Hace poco fui a visitar a un amigo mío al hospital. Aunque él sabía que no le quedaba mucho tiempo de vida, estaba decidido a conservar el ánimo y el sentido del humor hasta el final. Cuando estaba a punto de irme, sujeté su mano un momento y le agradecí por haber sido siempre un buen amigo. Él sonrió y dijo que daría buenas referencias de mí en el más allá. Conmovido, asentí, pero entonces él añadió:
—No me lo agradezcas todavía. ¡No sé con quién me tocará hablar!
Daniel Klein, Canadá
Gracias, tortillas para tacos, por sobrevivir el largo viaje de la fábrica al supermercado y luego a mi plato… para partirse en dos justo en el momento en que pongo algo dentro de ustedes. ¡Muchas gracias!
Jimmy Fallon, comediante
Cuando la vida me da limones, pienso que debo devolvérselos porque no me gusta acaparar cosas.
@thejamielee