Para los ataques de asma (opresión, resuello y dificultad para respirar realmente aterradora) la mayoría de la gente hace lo que su médico recomienda: recurrir al inhalador; si eso es lo que haces, y te funciona, sigue haciéndolo. Si usas un inhalador preventivo, debes seguir usándolo como se te indicó, pues así reducirás el riesgo de un ataque.
No hay cura para el asma, pero sí infinidad de maneras de reducir los síntomas, incluso eliminarlos. Unos sencillos cambios en su modo de vida pueden ayudar a los asmáticos a respirar con mayor facilidad.
Cuando se presente un ataque de asma, procura permanecer calmado e intenta el siguiente truco: cierra los ojos a medida que inhalas e imagina cómo los pulmones se expanden. Siente cómo la respiración se normaliza. Repite ese ejercicio dos o más veces.
En caso de emergencia, bebe una taza de café cargado, dos latas de 330 mililitros de refresco de cola o una bebida energética. La cafeína es pariente química de la teofilina, un medicamento para el asma que ayuda a abrir los conductos respiratorios.
Quienes ejercen la medicina china han utilizado durante siglos el ginkgo para el asma. Un estudio indica que esta hierba interfiere una proteína de la sangre que contribuye a los espasmos de los conductos aéreos. Si deseas probarla, compra complementos en cuya etiqueta aparezca: extracto de ginkgo biloba y toma hasta 250 miligramos al día.
El magnesio puede hacer que te sientas mejor. Infinidad de investigaciones indican que el magnesio relaja las vías aéreas. La dosis recomendada es de 300 mg. al día para hombres y 270 para las mujeres.
Los ácidos grasos omega-3, presentes en los pescados como el atún, el salmón y la macarela, funcionan como fármacos para el asma llamados inhibidores del leucotriene, que detienen las acciones de los compuestos del organismo que causan la inflamación de las vías aéreas.
Toma seis cápsulas de 1000 miligramos de aceite de pescado al día en dosis separadas. Consulta a tu médico si estás tomando anticoagulantes.
El aceite de prímula es rico en un ácido graso llamado ácido gamma-linoleico (AGL) que el organismo transforma en antiinflamatorios. Toma 1000 miligramos tres veces al día. Hazlo con los alimentos para mejorar la absorción.
Los bioflavonoides —compuestos que dan a frutas y verduras sus brillantes colores— tienen propiedades antiinflamatorias y antialergénicas. La quercetina, uno de los bioflavonoides mejor conocidos, inhibe la liberación de histamina. Toma 500 mg. de quercetina tres veces al día 20 minutos antes de los alimentos.
La cúrcuma, especia que se usa para condimentar los platillos indios de curry, es un poderoso antiinflamatorio. Los compuestos que contiene inhiben la liberación de prostaglandinas COX-2, sustancias similares a las hormonas que intervienen en la inflamación. Mezcla una cucharadita de cúrcuma en polvo (compra la especia en los supermercados) con una taza de leche tibia y bebe tres veces al día esta mezcla En las tiendas de productos naturistas venden cápsulas y tintura de cúrcuma.
Durante un mes anota todo lo que comes al día y registra tus síntomas de asma. Aunque las alergias por alimento rara vez se relacionan con el asma, ocasionalmente existe un vínculo. Compara tu registro contra los síntomas para saber si algo que comes aumenta la frecuencia o intensidad de sus ataques.
Si toma medicamentos para el asma consigue un medidor de flujo máximo en una farmacia. Este dispositivo mide la velocidad a la que el aire sale de tus pulmones, lo que índice qué tan bien estás respirando. Si lees tu ‘flujo máximo’ en determinados momentos, podrás saber cómo está funcionando un medicamento o un remedio. También puedes usarlo durante un ataque de asma para determinar la gravedad y decidir si requieres atención médica.
Este truco de respiración profunda puede ayudar a reducir la gravedad o la frecuencia de los ataques de asma. Cuando se inicia un ataque es natural que te sientas más ansioso a medida que se te dificulta respirar. Eso produce una respuesta de constricción que puede cerrar más tus vías respiratorias, pero si practicas esta técnica antes, puedes ayudarte a respirar mejor.
Si experimentas síntomas de asma por primera vez, debes consultar a un médico. Que alguien te lleve al centro de atención más cercano si tú no puedes hablar sin sofocarte, presentas en la cara o en los labios un tono azulado, se te dificulta enormemente respirar o te sientes confuso o agotado.
Si ya recibiste tratamiento para el asma, quizá cuentes con el medicamento que puedes tomar al iniciarse un ataque. Aun así, acude a tu médico si crees que necesitas usar el fármaco con mayor frecuencia, o si tus síntomas empeoran aún después de haberlo tomado.
Fuente: ‘1001 remedios caseros. Tratamientos confiables para problemas de salud cotidianos’ editado por Selecciones Reader’s Digest.
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