Avengers Endgame, una película que debes ver cueste lo que cueste
Han pasado 11 años desde que vi la primera película de Iron Man en el cine, yo tenía 18 de edad y mi vida como ser humano adulto apenas comenzaba...
Han pasado 11 años desde que vi la primera película de Iron Man en el cine, yo tenía 18 de edad y mi vida como ser humano adulto apenas comenzaba, acababa de entrar a la universidad, y mi mundo estaba por cambiar por completo. Mi novio en ese entonces me dijo “tenemos que ver esa película, soy fan de los cómics de Marvel”, y yo acepté, no tenía nada mejor que hacer día. Han pasado ya 22 películas desde ese, ahora lejano momento de 2008, en que me quede absorta en el mundo de superhéroes.
Cada una de las películas que han conformado el universo cinematográfico de Marvel han hecho sentirme que puedo derrotar todo lo malo que hay en mi vida, pero lo mejor de todo (y como estudiante de cine), me enseñaron lo mágica que es la creación de personajes, la manera en la que estos héroes han crecido dentro de sus propias historias e interactuando unos con otros de una forma tan natural, parece una obra de arte. Todos tienen su momento bajo el reflector, no compiten por un lugar en el equipo, lo tienen perfectamente definido.
Hemos crecido juntos, en un mundo que dentro y fuera de la pantalla es menos que perfecto, hemos ido descubriendo, los personajes, traiciones, amores nuevos, amores antiguos, nuevos amigos y viejos, nos hemos peleado con los que alguna vez fueron nuestros hermanos y hemos sacrificado un poco lo que somos por otros.
El año pasado, la primera parte de este capítulo final llegó a nuestra vida y nos dejó con un sabor de boca muy agridulce, perdimos. Thanos, con el chasquido de sus manos, dejó al soldado más positivo de la galaxia con el corazón destrozado.
Un año paso sin que supiéramos que es lo que pasaría, en lo personal no entendía cómo es que la balanza iba a volver a lo que era, hasta que el viernes pasado por fin pude terminar esta historia.
Tres horas con veinte minutos, que es lo que dura esta película, se me fueron como agua: me hicieron llorar, reír, sentirme una vez más con viejos amigos viviendo una aventura familiar.
Tenía miedo de esperar en vano, pero la realidad fue muy grata, por que sin temor a equivocarme, es la mejor película de superhéroes hecha en la historia del cine, ya sea por los valores de producción de la mano del departamento de arte, al recrear escenas de películas pasadas a lujo de detalle, o por el departamento de dirección y esa titánica labor de reunir a casi todos los personajes principales que han sido parte de estas historias, o tal vez la magnífica mano de los hermanos Russo, quienes han hecho realidad lo que Stan Lee alguna vez soñó y plasmó en papel.
La mágica manera de controlar cada una de las líneas narrativas de la historia que está plagada de personajes principales es espectacular, nunca se siente que uno opaque al otro, todos tienen su momento bajo el sol, todos tienen una conclusión, el viaje del héroe se cierra en cada caso con cada una de sus partes.
No quiero dar spoilers, quiero que todos sientan lo que yo sentí en los momentos más dramáticos, lo que sí puedo decir es que vayan preparados, no olviden ir al baño antes de entrar a la sala, prepárense para estar al filo de la butaca y para perder el aliento en un par de ocasiones.
Sí, van a pasar emociones muy fuertes, y si son tan fanáticos como yo, si han pasado su vida adulta de la mano de estos personajes entrañables, prepárense para llorar, por que como bien dice Tony Stark: “parte del viaje es el final”, y vaya que esta película es la mejor manera que yo me puedo imaginar para decir adiós, cueste lo que cueste.