Ayuda a tu hijo a manejar la muerte de su mascota
Los animales también fueron víctimas del sismo del 19 de septiembre; aquí una pequeña guía sobre cómo ayudar a los menores con su duelo.
Los animales son seres vivos con los que los niños establecen relaciones interpersonales muy significativas, así que cuando las pierden, sobre todo de una manera repentina, es importante que elaboren un duelo.
“Los niños les dan su afecto, su amor, su compañía, depositan en los animales emociones, sentimientos y expectativas, sobre todo cuando son responsables de ellos, saben que hay que lavarlos, darles de comer, atenderlos, así que el niño entiende que es un ser vivo con necesidades y requerimientos y eso despierta una gran empatía” explica Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI).
Cuando este ser vivo desaparece, el niño sufre una pérdida.
Si tu animal de compañía sufrió lesiones tras el sismo y su muerte es inminente, es importante que hables con tu hijo al respecto.
“Acércalo al perro o gato y dile que está en mal estado, que le duele, que está sufriendo y que es muy probable que fallezca” explica la especialista. Es muy importante ir previniendo al niño.
Usa frases que comprenda y que le hagan ver que la muerte será un alivio para el animal. “Los padres deben acompañar al niño, ayudarlo a elaborar su duelo antes de que ocurra la pérdida”.
Si la mascota murió de manera repentina o no fue hallada, es muy importante explicarle al niño qué sucedió. “Es vital que reciba un motivo, que sepa qué le pasó al animal, pues algunos padres ocultan el hecho y únicamente sustituyen a la mascota” dice la directora de CEEPI.
Claudia Sotelo Arias no recomienda que se sustituya a la mascota. “Vale la pena que el niño haga un duelo, que el niño viva la pérdida, que se ponga triste, que lo extrañe y que incluso sea él mismo quien pida una nueva compañía”.
Si se opta por llevar a otra mascota a la casa, no debe ser de manera inmediata. “No se trata de cambiar al perrito negro por otro perrito negro, es mejor que la familia en su conjunto viva la pérdida y cuando lo consideren prudente le den la bienvenida al nuevo integrante”.
Claudia Sotelo Arias hace hincapié en no hacer ver la pérdida de la mascota como algo sin trascendencia. “No son cosas, son seres vivos, así que no deben ser sustituidos de inmediato porque se les quita valor” precisa.
Como parte del duelo, esta especialista recomienda un pequeño ritual de despedida que esté de acuerdo con las creencias de la familia.
“Si el animal es incinerado sería prudente que el niño ya sólo viera la cajita que contiene sus cenizas y decirle que ya descansó”.
Las primeras semanas serán las más complicadas, así que es normal que llore más, que esté inapetente, que duerma más (o menos) que de costumbre. “Es muy probable que sus hábitos se alteren, y es lógico, pero esos sentimientos de tristeza y desgano deben ir disminuyendo”.
Si los síntomas persisten, es importante comunicarse con el niño de manera constante. “Sería bueno acercarse a él y decirle que notamos que está triste, que extraña al animal y que esos sentimientos son válidos pero que debe recordar que lo que sucedió fue mejor para la mascota”.
Claudia Sotelo Arias precisa que si la tristeza del niño se prolonga y no disminuye es una llamada de atención importante, pues podría haber algo de fondo.
En ocasiones la muerte del animal de compañía destapa otras situaciones mal resueltas, incluso duelos de otros seres queridos. “La pérdida de la mascota puede destapar y conectarse con otra pérdida” concluye esta especialista.
La directora del Centro de Estudios Psicológicos en la Infancia recomienda no minimizar el duelo, al contrario, hay que validar sus sentimientos. “Frases como ‘entiendo que los extrañes, nosotros también lo extrañamos o ‘comprendo que tengas ganas de llorar’ son adecuadas”.
Si minimizas su dolor el niño cerrará la puerta de comunicación contigo y dañarás la expresión de sus emociones, además de que podría sentirse avergonzado si lo tildas de exagerado o “llorón”.