Bobi, el perro más longevo del mundo fallece a los 31 años
A pesar de los desafíos de salud en sus últimos años, como la pérdida de visión y las dificultades para caminar, Bobi tuvo una vida plena y feliz.
Bobi, el perro más longevo del mundo, ha fallecido este fin de semana en su casa en Portugal. Tenía 31 años y 165 días de edad.
El mastín portugués o Rafeiro de pura raza, reconocido por los Récords Mundiales Guinness como el perro más viejo jamás registrado en la historia. Había recibido ese reconocimiento el 2 de febrero, tras haber roto un récord que se fue establecido en 1939 por Bluey, un perro ganadero australiano.
Karen Becker, veterinaria encargada de atender a Bobi, confirmó el deceso mediante su cuenta de Facebook con la siguiente frase: “Este dulce chico ganó sus alas”. Además, aseguró que “sus 11.478 días en la Tierra no serán suficientes para aquellos que lo quisieron”. Te puede interesar leer: Curiosidades sobre las razas de perros que viven más tiempo
El can nació en 1992 en el Servicio Veterinario del Municipio de Leiria, y tuvo un comienzo difícil en la vida.
Ya que de acuerdo a la organización, Bobi fue parte de una camada de cuatro cachorros; sin embargo, como la familia de Leonel tenía demasiados animales, decidieron no tenerlos.
“Lamentablemente en esa época era considerado normal por las personas mayores […] enterrar a los animales en un hoyo para que no sobrevivieran”, reveló Leonel a Guinness.
Al día siguiente de nacer Bobi, los padres de Leonel entraron en la habitación y se llevaron rápidamente a los cachorros mientras su madre, Gira, estaba ausente.
Sin embargo, con las prisas, no se dieron cuenta de que se habían dejado a uno. Bobi se quedó pues estaba entre un montón de leña almacenada. Leonel y sus hermanos lo descubrieron y decidieron cuidarlo en secreto.
Y posteriormente Bobi se volvió miembro de la familia y pasó tres décadas compartiendo su vida y amor.
“Bobi es especial porque mirarlo es como recordar a las personas que formaron parte de nuestra familia y que desgraciadamente ya no están aquí, como mi padre, mi hermano o mis abuelos, que ya han dejado este mundo. Bobi representa a esas generaciones”.
Leonel Costa, dueño de Bobi
Costa, dueño de Bobi, atribuye la larga vida del perro al “ambiente tranquilo y pacífico” en el que vivía, pues se encuentra “lejos de las ciudades”. Además, disfrutaba vagar libremente por la naturaleza que rodeaba su casa. Asimismo, indicó que la alimentación del mastín nunca fue especial, por el contrario, comía lo mismo que él y su familia.
¡Buen viaje, Bobi!
Con información de El Español y Récords Guinness