Buenas noticias: El impuesto a las bebidas azucaradas sí funciona
Esos productos son responsables de más de 24 mil muertes de mexicanos al año. México es uno de los países con mayor consumo de bebidas azucaradas en el mundo.
Esos productos son responsables de más de 24 mil muertes de mexicanos al año. México es uno de los países con mayor consumo de bebidas azucaradas en el mundo. En un año se consumen 163 litros per cápita.
Las bebidas azucaradas representan un riesgo especial a la salud porque contienen una alta dosis de calorías provenientes de azúcares añadidos, a la vez que ofrecen poca o nula nutrición.
La evidencia científica demuestra una fuerte asociación entre el consumo de bebidas azucaradas con obesidad, diabetes, enfermedades del corazón y otras alteraciones metabólicas.
El consumo de estas bebidas en México inicia desde la infancia. El 36 por ciento de los niños menores de un año y el 65 por ciento de niños menores de dos años consumen bebidas azucaradas.
Consumir un solo refresco al día incrementa la probabilidad de tener sobrepeso en 27 por ciento para adultos y 55 por ciento para niños.
En México al menos 64 por ciento de todos los grupos de edad consume más azúcares añadidos que lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, y casi el 70 por ciento de los azúcares añadidos de la dieta de los mexicanos proviene de bebidas azucaradas, cuando la recomendación es que no las consuman.
Las bebidas azucaradas son responsables de más de 24 mil muertes de mexicanos relacionadas con diabetes, enfermedades cardiovasculares y otras alteraciones metabólicas.
En Estados Unidos, Berkeley es la primera ciudad en establecer un impuesto a las bebidas azucaradas de un centavo de dólar por onza. Un estudio reciente sobre el impacto de ese impuesto introducido en 2015 demuestra una reducción del 21 por ciento en el consumo de bebidas azucaradas y un aumento en el consumo de agua en un 63 por ciento.
Portugal, el Reino Unido y la ciudad de Filadelfia aprobaron un impuesto similar. Canadá, Sudáfrica, Colombia, India y otras naciones se encuentran discutiendo esta medida.
Un impuesto especial a las bebidas azucaradas es una de las principales intervenciones de políticas públicas para la prevención de la obesidad recomendadas por expertos que incluyen reconocidos científicos y por la propia Organización Mundial de la Salud:
En el 2014 el gobierno mexicano introdujo un impuesto especial (IEPS) a las bebidas azucaradas de 1 peso por litro (aproximadamente 10 por ciento) del producto.
Una evaluación del impuesto elaborada por el Centro de Población de la Universidad de Carolina el Norte y el Instituto Nacional de Salud Pública en el 2014, indicó que el impuesto a las bebidas azucaradas en México está funcionando: se ha reducido el consumo de bebidas azucaradas ha incrementado el consumo de opciones saludables y ha habido una recaudación efectiva de ingresos. Durante los primeros dos años de implementación de este impuesto, el gobierno mexicano recaudó más 39 mil millones de peso; una parte de esos ingresos fueron invertidos para la instalación de bebederos en escuelas de todo el país.
La reducción del consumo fue mayor entre los hogares de menores recursos, que redujeron sus compras de bebidas azucaradas en un 9 por ciento en promedio durante el 2014 y alcanzaron una reducción de 17 por ciento al final de ese año.
Las bebidas azucaradas pueden generar muerte prematura y discapacidad en adultos.
Gracias al impuesto, la reducción en el consumo de bebidas azucaradas ha continuado por dos años consecutivos: en el 2015 se tuvo una disminución en el consumo del 8 por ciento. En el primer semestre de 2016 se estima una reducción de 11 por ciento en comparación al consumo que existiría sin el impuesto de acuerdo a la tendencia que se venía presentando.
La industria de alimentos y bebidas se opone enérgicamente al impuesto en las bebidas azucaradas en México y está difundiendo falsos argumentos a lo largo del mundo en torno a su impacto para desincentivar a otros países y ciudades de adoptar medidas similares.
Realidad: Los más pobres se benefician aún más del impuesto a las bebidas azucaradas que otros sectores de la población. La obesidad está creciendo más entre los sectores más pobres en México y las familias pobres no pueden pagar los gastos exorbitantes y una menor productividad que resultan de las enfermedades relacionadas a la obesidad.
El consumo de estas bebidas se ha reducido más entre el sector (tercil) más pobre de la población mexicana después de la implementación del impuesto, lo que significa que la medida generó el desincentivo más grande y el efecto preventivo más significativo entre los grupos vulnerables. Por ende, los grupos socioeconómicos más bajos deben beneficiarse más del impuesto ya que se esperaría una reducción en la probabilidad de desarrollar enfermedades costosas y de larga duración como la diabetes, enfermedades de corazón y cánceres asociados con la dieta.
La epidemia de sobrepeso y obesidad se ha convertido en uno de los problemas más graves y costosos que enfrenta México en la actualidad. En el país los kilos de más afectan al 34 por ciento de la población infantil (entre 5 y 11 años), al 35 por ciento de la población adolescente (entre 12 y 19 años) y al 71 por ciento de la población adulta (mayor de 20 años).
El incremento en la obesidad en México está entre los más rápidos documentados a nivel internacional. Entre 1988 y 2012 la prevalencia de obesidad entre mujeres adultas (de 20 a 49 años) casi se triplicó, pues pasó de 9.5 a 35.2 por ciento. En ese mismo periodo, el sobrepeso y la obesidad aumentaron del 11 al 35.8 por ciento entre mujeres adolescentes (12 a 19 años).
Así México se ha convertido en el segundo país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos con mayor prevalencia de obesidad entre adultos, solo por debajo de Estados Unidos. El promedio de prevalencia de obesidad entre países de la OCDE es de 19 por ciento mientras que en México supera el 32 por ciento, es decir, 71 por ciento mayor.
No obstante el éxito del impuesto a estos productos, la recomendación de los expertos mexicanos e internacionales con base en evidencia es de un impuesto de por lo menos 20 por ciento (2 pesos) para tener un efecto más significativo en el consumo, así como destinar los recursos recaudados a la prevención y atención del sobrepeso, la obesidad y la diabetes, enfermedades que están colapsando el sistema de salud pública.
El incremento de sobrepeso y la obesidad en México en las últimas décadas ha sido ocasionado por cambios en hábitos y patrones de alimentación de la población adulta e infantil, en particular el alto consumo de alimentos ultra-procesados y bebidas azucaradas, de los cuales México es uno de los mayores consumidores del mundo.
Ante esta situación es fundamental que México establezca una verdadera política integral para prevenir y combatir la obesidad a través del fortalecimiento de políticas preventivas, en especial aquellas que busquen reducir el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultra-procesados y ofrezca acceso a alimentos y agua saludables.
Fuente: Alianza por la Salud Alimentaria