Los bultos en la ingle o la zona pélvica pueden deberse a varias causas: desde quistes inofensivos hasta hernias o inflamación de ganglios linfáticos. Algunos desaparecen solos, pero otros pueden complicarse si no se tratan a tiempo.
La ingle es una región con músculos, vasos sanguíneos, ligamentos y nervios importantes, por lo que cualquier anomalía en esa zona puede causar molestias o limitar el movimiento.
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Son crecimientos benignos bajo la piel.
Aunque suelen ser inofensivos, pueden inflamarse o infectarse.
Los ganglios linfáticos se activan ante infecciones o enfermedades. En la ingle, pueden inflamarse por:
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Ocurren cuando parte del intestino o tejido graso sobresale por un músculo debilitado.
Síntomas:
Aneurisma femoral: dilatación de la arteria femoral. Se presenta como un bulto pulsátil en la ingle. Común en hombres mayores de 70 años.
Várices: venas hinchadas o retorcidas, más visibles en piernas y muslos.
Consulta de inmediato si notas:
No todos los bultos son graves, pero algunos requieren tratamiento urgente para evitar complicaciones.
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El médico evaluará tu historia clínica y hará un examen físico, que puede incluir:
Estudios adicionales pueden incluir:
Algunas causas sí pueden prevenirse:
Mantener una buena higiene personal.
Usar preservativo en relaciones sexuales.
Evitar levantar peso excesivo sin protección abdominal.
El pronóstico depende de la causa:
Quistes y várices: suelen ser benignos.
Hernias: pueden manejarse sin cirugía en algunos casos, pero otras veces es indispensable.
Ganglios inflamados: podrían indicar infecciones tratables o enfermedades más serias como el cáncer.
El seguimiento médico adecuado es esencial para un tratamiento oportuno y eficaz.
Los bultos en la ingle pueden deberse a quistes, ganglios inflamados, hernias o vasos sanguíneos agrandados. Algunos desaparecen por sí solos, pero otros pueden ser signos de condiciones más graves. Es importante acudir al médico para un diagnóstico preciso y tratamiento adecuado.