Cábala: enigmas del esoterismo judaico
Una rama altamente esotérica del judaísmo medieval fue recientemente redescubierta y reinventada como un moderno programa de vida...
Un lugar elegido por estrellas de rock y actores de Hollywood. ¿Cómo resurgieron estas casi olvidadas enseñanzas místicas de la Cábala y qué significan?
Cuando la cantante pop Madonna llegó por primera vez al Kabbalah Centre de Beverly Hills, no había sido invitada ni atraída por sus integrantes. Fue, al parecer, por recomendación de una amiga. Le gustó lo que encontró allí. La prensa descubrió su interés por el tema, y esto funcionó como una especie de aval. Por un tiempo pareció que la Cábala era la religión preferida de las mujeres célebres de los Estados Unidos. Demi Moore, Elizabeth Taylor, Britney Spears, Roseanne Barr y Jerry Hall son solo algunas de las estrellas que fueron asociadas con los misterios de la Cábala.
La primera visita de Madonna fue en 1997. A lo largo de los diez años siguientes, la fama del Kabbalah Centre creció más aún y en 2009 se decía que tenía ingresos anuales de 60 millones de dólares. Estas ganancias provenían de donaciones de sus adherentes y de la venta de productos de promoción, como brazaletes de cinta roja, usados para ahuyentar el mal de ojo; agua de la Cábala, que según los creyentes cura y protege, y una gama de productos como DVDs, CDs y libros que explican las enseñanzas. No se sabe bien a cuántos seguidores atrajo el credo de la Cábala, pero las estimaciones varían entre decenas de miles y varios millones.
Este éxito fue sorprendente, dado que la palabra ‘Cábala’ lleva una cantidad de connotaciones negativas. Aunque en hebreo Kabbalah simplemente significa ‘lo que es recibido’ o ‘la tradición’, durante siglos el término se asoció con prácticas de cultos y artes oscuras, uso de símbolos secretos, números y hechizos en busca del conocimiento místico y de la piedra filosofal: una historia vinculada con la alquimia. El término cabal, que significa ‘conspiración’, derivó de Cábala y ha sido usado en ese sentido desde el siglo XVII. Aun dentro del judaísmo, las enseñanzas de la Cábala fueron siempre tratadas con cautela. Su práctica estaba restringida a hombres casados de más de 40 años que tenían un sólido conocimiento de la ley judía, y a selectos estudiantes de sexo masculino, considerados confiables y sensatos. Esto ha sido interpretado por algunos como respeto por el poder de la Cábala; por otros, como una indicación de su dudoso valor.
La Cábala, en su forma original, es una filosofía difícil, expresada en textos oscuros y complejos. El escrito central es el Zohar, que significa ‘esplendor’ o ‘brillantez’. Se dice que fue transmitida de una generación de estudiosos a otra durante miles de años, antes de ser escrita en arameo, ya sea por Simeon bar Yochai en Israel en el siglo II de nuestra era o, más probablemente, por Moses de León, un estudioso judeoespañol que vivió en el siglo XIII. Algunos sospechan que Moses de León es el propio autor del Zohar.
Las Puertas de la Luz. Portada de una traducción al latín de un texto cabalista del siglo XVI. Las diez esferas representan las emanaciones divinas, que incluyen el Amor, la Sabiduría, la Majestad y el Poder.
El origen
Sea cual fuere su origen, el texto pretende revelar cómo puede una persona conocer a Dios y acercarse a él. Según los cabalistas, en el momento del demoledor cataclismo de la Creación, Dios o Ein Sof (el Infinito) entró en el mundo como luz y, a través de un conjunto de diez esferas, esta luz fue distribuida entre las criaturas vivientes. Toda la alegría, la felicidad y la plenitud provienen de esta luz. Pero en los seres humanos, el ego centrado en sí mismo (asociado con Satanás) los separa de ella. Solo si se desecha el ego y se reaviva el deseo de compartir con las personas, es posible reconectarse con la esencia del Creador, al que se refieren como “la Luz”, y alcanzar la plenitud.
Teoría de Cuerdas. El cordón rojo es un signo externo del compromiso con la Cábala. En los años 1990, se convirtió en una protesta contra la moda, un detalle modesto en medio de la ostentación de Beverly Hills.
Pueden hacerlo en sus propias vidas a través de la oración, la meditación y la resistencia a las fuerzas negativas a través de la práctica de la “restricción”: aprender cómo prescindir del ego al reaccionar a los acontecimientos, de manera de escapar al caos emocional y tomar el control de sus destinos. Se afirma que los textos arcanos y símbolos del Zohar y toda otra literatura cabalista proporcionan las claves para este proceso de sanación y los medios para alcanzar una comprensión plena de la realidad. Los simples mortales perciben solo una pequeña parte de la realidad a través de sus cinco sentidos. Al aplicar las técnicas de la Cábala, sus adherentes pueden acceder a la plenitud de la realidad, y así alcanzar un estado de verdad y comprensión puras.
Estos principios centrales de la tradición cabalista medieval están insertos en textos oscuros de inmensa complejidad y alucinante ofuscación. El movimiento cabalista moderno extrajo y simplificó el mensaje esencial, haciéndolo accesible a todos los interesados, independientemente de su género, religión, antecedentes éticos, edad u orientación sexual. Esta versión más amplia y popular de la Cábala es el logro central del Kabbalah Centre de Los Ángeles y sus otras sedes en todo el mundo. Es en muchos sentidos análogo al enorme interés occidental por una forma simplificada de budismo, durante la década de 1970.
El Kabbalah Centre fue fundado por Philip Berg y su segunda esposa Karen en Nueva York, en 1973. Berg se había capacitado como rabino ortodoxo y pasó un tiempo en Israel en la década de 1960, mientras estudiaba la Cábala con el rabino Yehuda Zvi Brandwein, que a su vez se había formado con Rav Yehuda Ashlag. Este último, nacido en 1885, fue uno de los primeros que intentó llevar la Cábala a la gente común, o por lo menos a un público de judíos más amplio.
Ashlag tradujo el Zohar del arameo al hebreo y fundó un Kabbalah yeshiva (colegio) en 1922.
Mientras Berg tenía una base académica judía tradicional, su joven esposa simpatizaba con la filosofía New Age. Ella lo persuadió del atractivo potencial de la Cábala, en particular entre las mujeres.
La Cábala moderna puede verse como una especie de matrimonio entre estas dos corrientes: un programa de autoayuda holístico formulado en el lenguaje y la práctica del judaísmo.
El Kabbalah Centre no exige conocimientos previos de judaísmo a sus seguidores, e insiste en que la Cábala no es una religión sino una “tecnología del alma”, un camino para alcanzar la sabiduría universal que todas las religiones comparten. Pero esta actitud universal hacia la espiritualidad va de la mano de ritos judíos, como la observancia del sabbat y una dieta kósher. Estas restricciones parecen ser parte de su atractivo.
El centro de Nueva York fue un éxito y, en 1984, Philip y Karen Berg abrieron un nuevo centro en Los Ángeles. La Cábala floreció en la soleada California. Su promesa de plenitud espiritual atrajo a personas que sentían que sus vidas carecían de sentido, incluidas algunas celebridades ricas y famosas, insatisfechas con su éxito mundano.
Las enseñanzas del Kabbalah Centre estaban destinadas a ser accesibles, modernas y fáciles de practicar, y sumaban conceptos como la astrología y el “reciclado de las almas difuntas” (reencarnación). Estas ideas armonizaban con los conceptos New Age, y ofrecían a los individuos formas de superar la negatividad y tomar el control de sus vidas. Los Berg sostenían que la Cábala reconcilió la espiritualidad con la ciencia moderna y que anticipó la teoría del Big Bang, el ADN, la teoría de cuerdas y la nanotecnología.
Al alentar el hábito de dar (“dar es mejor que recibir”), el Kabbalah Centre hacía que sus adherentes se sintieran bien consigo mismos, y los ayudaba a manifestar su responsabilidad social a través de donaciones, incluidas, por supuesto, las donaciones al propio Kabbalah Centre. Pero no imponía obligaciones pesadas a sus adherentes, ya que favorecía un enfoque sencillo para las preocupaciones tradicionales de la religión, tales como la doctrina y la moral personal. Esto la convertía en el credo perfecto para la era moderna de fama, marketing masivo y marcas populares.
Hoy en día, hay centros en más de 40 países en todo el mundo, y la Cábala sigue recogiendo adeptos.
Extraído del libro: Grandes Secretos de la Historia, Selecciones México