¿Sabías que los cálculos renales es la tercera patología urológica más frecuente? Nuestros riñones, al ser un finísimo filtro, son sumamente delicados. Por esta razón, la formación de compuestos cálcicos en su interior es muy doloroso y requiere atención médica inmediata. Aquí te comentamos cuáles son aquellos alimentos que ayudan a evitar la creación de cálculos renales y cuáles deberías reducir.
¿Cómo se originan los cálculos renales?
También se les conoce como piedras en el riñón. Se producen cuando los minerales o las sales ácidas que forman parte de la orina se cristalizan, creando una masa sólida que puede permanecer ahí un tiempo indefinido, desplazarse hasta el uréter o despedirse a través de la orina.
Si se les diagnostica en un tiempo oportuno, los cálculos no generan daños permanentes.
Existen multitud de factores que pueden aumentar el riesgo que tenemos de sufrir cálculos renales:
- Consumir una dieta rica en proteínas, sodio y azúcar
- Estilo de vida, como no beber suficiente agua
- Antecedentes familiares
- Tener un índice de masa corporal muy alto
- Hiperparatiroidismo
- Acidosis tubular renal
- Cistinuria
- El consumo de oxalato, también conocido como ácido oxálico.
Alimentos y hábitos buenos para prevenir cálculos renales
- Beber suficiente líquido: es la forma más eficiente de prevenir la mayoría de las piedras en los riñones. Lo recomendado son dos litros y medio diarios.
- El aceite de oliva extra virgen: mejora la circulación sanguínea y disminuye la presión arterial, esto fortalece los riñones. Con el consumo de aceite de oliva se pueden evitar los cálculos renales.
- Presencia de grasas insaturadas: pescados como la caballa, el salmón, la trucha o el atún, el aguacate, el azafrán, el maíz, las semillas de calabaza, entre otros alimentos, son buena opción para tus riñones.
- El ácido cítrico controlado: está presente en los limones y las naranjas, reducen la acidez de la orina y, por tanto, las probabilidades de desarrollar cálculos de oxalato de calcio.
Alimentos que deberías reducir y evitar
- Limita el sodio: la presencia de la sal en la dieta no debería de superarse los dos gramos por día.
- Evitar procesados: conservas enlatadas, embutidos, los condimentos y carnes envasadas, los alimentos precocinados y la comida rápida.
- Proteína animal: limitar el consumo de carne roja, huevos, aves, algunos pescados, lácteos, etc.
- Deshidratantes: reducir el consumo de café, té y bebidas carbonatadas a 250 o 500 mililitros por día, ya que son bebidas con las que el cuerpo pierde líquido rápidamente.
- Exceso de potasio: algas, plátanos, chocolate, café liofilizado, patatas y algunas verduras y hortalizas.
- Mucho fósforo: comidas en conservas, precocinados, aditivos alimentarios, etc. Refrescos, bebidas con sabor a fruta o los tés embotellados. Estos alimentos dañan los riñones.
- Exceso de ácido oxálico: espinacas, patatas, nabos, zanahorias, remolacha. Distintas nueces como almendras, pistachos, nueces de macadamia, etc. Cereales, chocolate, kiwis, naranjas y mandarinas.
El ácido oxáloco es una sustancia producida de forma natural por nuestro organismo, pero también se ingiere en estos alimentos tan comunes. El problema con el ácido oxálico es que si está presente en suficiente cantidad, puede unirse al calcio para provocar los cálculos renales o piedras en los riñones.
Mientras los niveles de oxalato se mantengan en unos márgenes normales, su presencia no supone ningún problema, nuestro cuerpo está preparado para hacer frente a la sustancia.