El caldo de pescado es una receta tradicional apreciada por su sabor y valor nutricional. Se prepara utilizando las espinas, huesos y cabezas del pescado, aprovechando nutrientes que de otra manera serían descartados. Al igual que otros caldos como el de huesos o de patas de pollo, proporciona colágeno al cuerpo aunque en menor cantidad que los mencionados, junto con otros minerales, vitaminas y antioxidantes.
El caldo de pescado es una buena fuente de:
Nutriente | Beneficio |
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Proteínas | Los aminoácidos que forman las proteínas son esenciales para la construcción y reparación de tejidos. |
Minerales | Calcio, fósforo y yodo contribuyen a la salud ósea, el equilibrio electrolítico y la función tiroidea, respectivamente. |
Vitaminas | El pescado aporta vitaminas A y D, importantes para la visión, el sistema inmunológico y la salud ósea. |
Ácidos grasos omega-3 | Presentes principalmente en pescados grasos como el salmón, la caballa y las sardinas, los omega-3 tienen efectos antiinflamatorios y son beneficiosos para la salud cardiovascular y cerebral. |
Para aprovechar al máximo los beneficios del caldo de pescado, se pueden incorporar otros ingredientes:
El caldo de pescado es una forma sencilla y deliciosa de incorporar nutrientes esenciales a la dieta. Si bien no es un milagro para la salud, como sugiere a veces la publicidad, su consumo regular, dentro de una dieta equilibrada, puede contribuir al bienestar general.
Tenga en cuenta la importancia de elegir pescados provenientes de fuentes sostenibles para minimizar el impacto ambiental.
Para preparar este caldo de pescado lo primero que tienes que hacer es introducir todos los ingredientes en una olla amplia y profunda con agua fría. Una vez hecho esto, encender el fuego al máximo.
A medida que el preparado vaya aumentando la temperatura, sacar la espuma las veces que sea necesario con una cuchara y desechar.
Luego de 1 hora de cocción, rectificar la sal y la pimienta y apagar el fuego. A continuación, colar el caldo para limpiarlo.
Por último, dejar enfriar y guardar. Puedes conservarlo durante 3 días en la nevera y hasta 3 meses en el congelador.