Tenemos rutinas mentales que nos conforman como individuos, que nos hacen ser lo que somos y de las cuales no somos conscientes. Tal vez no reflexionamos sobre ellas y si pudiéramos alejarnos un poco de nuestra situación, podríamos tener una perspectiva más amplia de nosotros mismos. Aunque, seamos sinceros no poder hacerlo fácilmente es completamente natural.
Creemos que nuestros hábitos son la regla, entonces no podemos comprender otras reglas, que no son más que hábitos de otros sujetos. Si lo pudiéramos hacer, seguramente seríamos mejores personas, más libres, más tolerantes, más creativos, incluso desempeñaríamos nuestros oficios con mejor sapiencia y destreza. Y seguramente tendríamos mejores relaciones sociales y amorosas. En cuanto al sexo, quizá obtendríamos un mejor resultado. Es decir, seríamos mejores amantes.
Melissa Ambrossini, una autora de un bestseller de motivación personal así lo cree. Dice que por sobre todas las cosas, por sobre nuestros estados y hábitos mentales, somos amor. Nuestro estado natural es el amor y con base en ello, podemos modificar todo lo que no queremos ser y nos impide ser lo que sí queremos. El amor es la base de la potencia sexual, algo que todos queremos tener. Ambrossini recomienda reestructurar tres hábitos mentales para dominarnos y encontrar en el amor el combustible de nuestra sexualidad.
La autoconsciencia no es lo mismo que la autocrítica. Si somos críticos en exceso de nosotros mismos nos puede ir bastante mal. La autoconsciencia se refiere sobre todo a conocernos y reconocernos, a entender nuestras limitaciones y alcances. Entender ello nos llevará a saber qué le podemos ofrecer a nuestra pareja y cuánto debemos exigir de ella. Y, además, hasta dónde podemos dirigirnos, es decir, qué podemos poner en juego para alcanzar nuestros deseos.
Está bien que seamos auto-críticos, de hecho eso nos ayudará a mejorar varios aspectos de nuestra vida, pero en el terreno amoroso, exigirnos mucho más de lo que nos exige nuestra pareja muchas veces resulta contraproducente. En una relación es mejor relajarnos y actuar con libertad. Nuestra pareja de alguna forma es una extensión de nosotros mismos, no una barrera.
Siempre, siempre, siempre, elegir el amor como un fundamento de la libertad y no como una cadena o barrera. Ni mucho menos como una crítica a lo que somos. El amor es un combustible, una inspiración, el amor nos potenciará y motivará nuestros deseos, incluyendo el sexual. Seremos mejores amantes, mejores parejas, mejores seres humanos.
Ambrossini asegura que estas tres formas de cambiar nuestra mentalidad, liberarán la potencia sexual y funcionarán mejor que cualquier afrodisiaco para el sexo y para la vida. ¿Consideras que estos consejos te pueden funcionar? ¿Te atreverías a llevarlos a la práctica?
Con información de Mind Body Green
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