El avance del cambio climático está creando las condiciones perfectas para la expansión de enfermedades como la malaria, el dengue, la tuberculosis y otras infecciones que amenazan la salud global. Así lo revela un estudio internacional dirigido por la Red de Salud Global del Departamento de Medicina Nuffield de la Universidad de Oxford, considerado uno de los análisis más amplios sobre el impacto del clima en la salud.
Los especialistas describen el escenario como una “catástrofe progresiva”, donde el deterioro ambiental y la desigualdad actúan como aceleradores silenciosos de una crisis sanitaria mundial.
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Un estudio global que alerta sobre una crisis en desarrollo
La investigación, publicada en Scientific Reports, reunió la opinión de 3,752 profesionales de la salud de 151 países, principalmente de regiones de ingresos bajos y medios.
Entre los hallazgos más relevantes destacan tres impulsores clave del aumento de enfermedades infecciosas:
- Cambio climático
- Desigualdad socioeconómica
- Resistencia a los antimicrobianos
Según el estudio, estas fuerzas combinadas están configurando una emergencia sanitaria que avanza de manera gradual, pero con efectos potencialmente devastadores si no se actúa con rapidez.
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Mosquitos, bacterias y vectores encuentran un ambiente ideal
Los investigadores señalan que el aumento de temperaturas, las alteraciones en las lluvias y los fenómenos extremos están expandiendo el territorio donde prosperan mosquitos, garrapatas y bacterias dañinas.
Esto significa:
- Más zonas aptas para la reproducción del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue y chikunguña.
- Mayor supervivencia de mosquitos que transmiten malaria.
- Aumento en la propagación de enfermedades bacterianas asociadas con inundaciones.
- Movilidad humana forzada debido a sequías o desastres naturales.
En otras palabras, el clima extremo no solo cambia el entorno: abre la puerta a infecciones que antes estaban contenidas en áreas específicas.
La desigualdad agrava el impacto sanitario
El estudio subraya que los países de ingresos bajos y medios enfrentan los peores efectos. En estas regiones:
- El acceso a servicios médicos es limitado.
- Las viviendas y el saneamiento son vulnerables a inundaciones o tormentas.
- Los sistemas de salud carecen de infraestructura para monitorear brotes.
- La pobreza aumenta la exposición a vectores y reduce la capacidad de protección.
La combinación de vulnerabilidad ambiental y social multiplica los riesgos.
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Resistencia antimicrobiana: un enemigo silencioso
Otro factor crítico es la resistencia a los antimicrobianos, que debilita la eficacia de tratamientos esenciales.
Esto hace que enfermedades comunes, como infecciones respiratorias, diarreas o tuberculosis, sean cada vez más difíciles de controlar.
Los expertos advierten que esta tendencia podría convertir a infecciones tratables en amenazas mortales, especialmente en zonas donde el cambio climático ya está presionando los sistemas sanitarios.
Lo que dicen los científicos: una catástrofe que avanza lento, pero seguro
La profesora Trudie Lang, autora principal del estudio, señala que los resultados ofrecen una visión inédita de las amenazas que enfrentan las comunidades del Sur global en tiempo real.
Según Lang, la próxima gran emergencia sanitaria podría no aparecer como un brote repentino, sino como un deterioro continuo de enfermedades endémicas que afectan diariamente a millones de personas.
Por su parte, Josie Golding, experta de Wellcome, advierte que las temperaturas extremas, inundaciones y sequías están “creando condiciones ideales” para vectores y bacterias, a la vez que sobrecargan sistemas de salud frágiles.
Ambas especialistas insisten en la necesidad de una acción climática urgente, acompañada de inversión en prevención, vigilancia e innovación científica.
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Recomendaciones clave del estudio
Para frenar esta crisis sanitaria de evolución lenta, los autores proponen:
- Acciones globales contundentes contra el cambio climático.
- Inversiones sostenidas en diagnóstico y vigilancia epidemiológica.
- Innovación en tratamientos y control de vectores.
- Alianzas de investigación equitativas, que permitan liderazgo local.
- Fortalecimiento de los sistemas de salud en países vulnerables.
Su mensaje es claro: no habrá salud global sin acción climática coordinada.
Conclusión: una amenaza que ya está aquí
El estudio de la Universidad de Oxford confirma que el cambio climático impulsa aumento de enfermedades infecciosas y que esta crisis no llegará de golpe, sino como un proceso gradual y peligroso.
Las temperaturas extremas, la desigualdad y la resistencia antimicrobiana están configurando un escenario que podría convertirse en la próxima gran emergencia sanitaria.
Actuar ahora es indispensable para evitar que millones de personas enfrenten enfermedades que, con prevención adecuada, podrían controlarse o incluso evitarse.