Si creías que caminar solo servía para relajarte o estirar las piernas, piénsalo otra vez. Según el Dr. Shane Davis, médico deportivo del Centro Médico Tufts, caminar hacia atrás podría ser uno de los ejercicios más completos y sorprendentes para cuidar tu salud.
Este movimiento, también conocido como marcha retro, no solo se ha vuelto popular en fisioterapia, sino que ahora gana terreno en gimnasios y redes sociales por su impacto en músculos, mente y articulaciones.
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1. Fortalece músculos poco trabajados
Caminar hacia atrás activa músculos como cuádriceps, glúteos, isquiotibiales y pantorrillas, pero de forma distinta: los obliga a trabajar en modo excéntrico, es decir, alargándose mientras soportan peso. Esto se asocia con mayores ganancias de fuerza, según un estudio del Journal of Sports Science & Medicine.
2. Mejora el equilibrio y la coordinación
Cuando caminas sin ver hacia dónde vas, tu cuerpo entra en modo alerta. Se activan músculos estabilizadores en tobillos, rodillas y caderas, y tu cerebro ajusta su percepción del espacio, explica el Dr. Davis. Este entrenamiento de la propiocepción fortalece el control corporal y ayuda a prevenir caídas, especialmente útil a medida que envejecemos.
3. Quema más calorías
Caminar hacia atrás es más exigente que hacerlo hacia adelante. El cuerpo no está acostumbrado y eso requiere más energía. Según el Colegio Americano de Medicina del Deporte, puede quemar casi el doble de calorías que una caminata normal.
4. Cuida tu corazón
Un estudio en Health Science Reports demostró que caminar hacia atrás durante 15 minutos, cuatro veces por semana, mejora la capacidad cardiovascular, reduce la presión arterial y disminuye la inflamación sistémica, relacionada con enfermedades cardíacas.
5. Beneficia tu mente y memoria
Este ejercicio también estimula el cerebro. Investigaciones señalan que incrementa la actividad cerebral relacionada con la toma de decisiones y mejora la memoria a corto plazo. ¿La razón? Requiere más atención y coordinación, y eso fortalece tus conexiones neuronales.
6. Protege tus articulaciones
Caminar hacia atrás ejerce menos presión sobre rodillas y caderas, y activa los músculos de forma que absorben mejor el impacto. Esto reduce el dolor y mejora la movilidad articular, según estudios del Journal of Clinical and Diagnostic Research.
7. Alivia el dolor lumbar
Este tipo de caminata activa el core, especialmente los músculos profundos de la espalda baja. Estudios en el Asian Pacific Journal of Health Sciences comprobaron que mejora el rango de movimiento y puede disminuir notablemente el dolor lumbar crónico.
Cómo empezar de forma segura
El Dr. Davis recomienda iniciar en una zona plana y despejada, como una caminadora con barandales o un pasillo amplio. También puedes pedir a alguien que te acompañe al principio.
Consejos básicos:
- Usa calzado deportivo con buen soporte.
- Evita superficies irregulares o con obstáculos.
- Da pasos cortos y lentos al inicio.
- Mantén la postura erguida.
- Consulta a un médico si tienes lesiones o problemas de equilibrio.
¿Quiénes deben tener precaución?
Aunque todos pueden beneficiarse, el Dr. Davis advierte que no es recomendable para personas con problemas neurológicos o de equilibrio severo, a menos que estén bajo la supervisión de un profesional, como un fisioterapeuta.
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Conclusión
Caminar hacia atrás es un ejercicio simple, accesible y con múltiples beneficios. Desde quemar más calorías hasta mejorar la función cerebral y aliviar el dolor lumbar, este movimiento poco convencional merece un espacio en tu rutina.
¿Listo para dar un paso atrás en nombre de tu salud?
Tomado de The Healthy.com If You Don’t Walk Backward Every Day, a Sports Medicine Doctor’s List of the Benefits Might Convince You To Start