La empresa estadounidense Paradromics, con sede en Texas, ha recibido la aprobación de la FDA para comenzar las primeras pruebas en humanos de un chip cerebral diseñado para recuperar el habla en personas que ya no pueden comunicarse debido a una discapacidad motora severa.
El dispositivo, llamado Connexus, marca un nuevo capítulo en el desarrollo de las interfaces cerebro-computadora (BCI), una tecnología que busca traducir la actividad neuronal en señales digitales.
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El primer ensayo clínico incluirá a dos participantes y se centrará en evaluar tanto la seguridad del implante a largo plazo como su capacidad para convertir en tiempo real las señales cerebrales en voz digital o texto. Si los resultados iniciales son favorables, la empresa solicitará ampliar el estudio a más voluntarios.
¿Cómo funciona este chip cerebral?
A diferencia de lo que muchos imaginarían, los dispositivos BCI no leen pensamientos, sino que descifran las señales motoras que el cerebro genera cuando una persona intenta hablar, incluso si ya no puede mover físicamente los músculos necesarios para hacerlo.
El procedimiento consiste en que el usuario intente pronunciar palabras, mientras el dispositivo aprende a identificar los patrones específicos de su actividad neuronal.
Luego, esas señales se traducen en palabras que aparecen en una pantalla, y con un botón se pueden reproducir en voz digital. Si existe una grabación previa de la voz del paciente, la IA puede clonar su voz original.
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Un avance hacia la comunicación fluida
De acuerdo con Matt Angle, fundador y CEO de Paradromics, el objetivo es que una persona pueda comunicarse a unas 60 palabras por minuto, una velocidad cercana al habla natural, aunque todavía por debajo del promedio humano (120 a 150 palabras por minuto).
Esta cifra ya ha sido alcanzada en prototipos previos desarrollados por grupos académicos.
El dispositivo Connexus es un pequeño disco metálico con 421 microelectrodos que registran la actividad de neuronas individuales, un nivel de precisión que permite obtener un alto ancho de banda, clave para lograr una comunicación más rápida y natural.
Paradromics vs. Neuralink y el resto del campo
Paradromics forma parte de una carrera tecnológica junto con empresas como Neuralink, Synchron, Precision Neuroscience y Cognixion, todas enfocadas en interfaces cerebro-computadora aplicadas a comunicación, movilidad o tratamiento neurológico.
Mientras Neuralink utiliza más de 1,000 electrodos implantados mediante un robot, Connexus apuesta por una arquitectura que privilegia el ancho de banda y la calidad de señal, elementos cruciales para convertir señales cerebrales complejas en voz clara y coherente.
En experimentos previos con ovejas, la compañía reportó velocidades de transferencia de datos de hasta 200 bits por segundo, una cifra que apunta a un sistema capaz de reaccionar casi de inmediato a la intención del usuario.
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Una cirugía mínimamente invasiva
El dispositivo se inserta con un mecanismo similar a un autoinyector (como un EpiPen), lo que reduce el tiempo de la intervención y busca minimizar riesgos.
En una prueba realizada este año en un paciente que ya estaba sometido a cirugía cerebral, el implante estuvo integrado durante 10 minutos, únicamente para evaluar la colocación y extracción.
En los ensayos clínicos de 2025, el chip se implantará de forma permanente.
Un futuro donde la mente recupera la voz
Si las pruebas son exitosas, Paradromics podría abrir una nueva era para las personas que han perdido la capacidad de hablar debido a un accidente cerebrovascular, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), lesiones de médula u otros trastornos neuromotores.
La posibilidad de recuperar la comunicación no solo transformaría la vida de los pacientes, sino también la dinámica con sus familias y cuidadores.
Para los especialistas, el campo de las BCI está en un punto similar al de los primeros smartphones: cada avance acelera el siguiente, y empresas como Paradromics están llevando la neurotecnología del laboratorio al uso clínico real.