La ansiedad es un estado emocional en el que se presentan cambios somáticos (cuando una persona expresa tener un síntoma que en realidad no tiene) y psíquicos.
Se considera patológica cuando se presenta de manera excesiva y su duración es prolongada, lo que genera disfuncionalidad en la persona que lo padece.
Un equipo internacional de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y el Collège de France explicaron cómo por primera vez una proteína llamada OTX2 regula el comportamiento nervioso en ratones.
El investigador Javier Gilabert, lìder del equipo de la Universidad de Madrid, explicó que la proteína OTX2 podría facilitar el efecto de muchos fármacos que se están utilizando en la actualidad para el tratamiento de algunos trastornos mentales.
La ciencia ya conocía la implicación de esa proteína en procesos de aprendizaje y de plasticidad neuronal y se había observado también que intervenía en la susceptibilidad a padecer comportamientos depresivos. Pero se desconocía su intervención en la regulación de la ansiedad.
Cosas que solo las personas con ansiedad entenderán.
El estudio se hizo en ratones mutantes que fueron sometidos a diferentes pruebas de comportamiento con el fin de determinar su respuesta al ambiente, y junto a esos ensayos los investigadores realizaron estudios genéticos y de tejidos en diferentes áreas del cerebro.
Javier Gilabert explicó que comprobaron que cuando los ratones expresan menos cantidad de esta proteína (la OTX2) se produce un efecto ansiolítico, y cuando expresan más cantidad se produce el efecto contrario.
“No conocemos con exactitud el mecanismo por el cual esto sucede, pero sabemos que, de alguna forma, la cantidad de proteína condiciona la respuesta a las situaciones estresantes”, ha precisado el investigador.
Los investigadores, que han publicado las conclusiones de su trabajo en la revista Molecular Psychiatry, han subrayado el interés de continuar con estudios que ayuden a entender ese mecanismo de una forma más precisa y de hacer comprobaciones en mamíferos con cerebros más complejos antes de inferir implicaciones en humanos.
Tal descubrimiento abre la puerta a un mejor conocimiento de la ansiedad y cómo está regulada en individuos. (Conoce qué alimentos pueden reducir la ansiedad).
El estigma social dificulta el diagnóstico y el tratamiento de la ansiedad, por eso es importante normalizar las enfermedades mentales como se ha hecho con la diabetes o el cáncer, para derribar las barreras sociales que todavía existen.
“Durante muchos años la enfermedad mental ha sido menospreciada por la sociedad”, ha asegurado Javier Gilabert, ha advertido de que estas enfermedades son de las más incapacitantes para el individuo “y de las que más cuesta salir”, y en concreto la ansiedad aumenta día a día “y después del año pandémico podría llegar a dispararse”.
Insiste en normalizar la visita al psicólogo o al psiquiatra “para tratarlas y atajarlas en la medida de lo posible”, y en la importancia de que aumente la conciencia social sobre la importancia de la terapia mental y de que ésta sea accesible a todos los ciudadanos.
Se estima que en México al menos 14.3 por ciento de los ciudadanos padece trastornos de ansiedad generalizada, enfermedad de salud mental más común en el país, le siguen depresión y adicciones, ambas en un porcentaje de 9 por ciento.
La pandemia de la Covid-19 es un cisma en la salud mental de los mexicanos. Antes del virus, poco menos del 15 por ciento de la población vivía con ansiedad, pero en 2020 esa cifra creció hasta el 50 por ciento.
Con información de EFE.
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