Un equipo de científicos de las Universidades de Bristol y Exeter ha descubierto una nueva diana para el desarrollo de fármacos para la ansiedad. Esta se basa en la estimulación de una serie de genes cuya expresión reduce naturalmente la ansiedad.
Es muy importante encontrar nuevos tratamientos, pues los casos de ansiedad son cada vez más en todo el mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud, en 2019 eran algo más de 300 millones de personas las que habían sido diagnosticadas con ansiedad en todo el mundo. Además, entre ellas había 58 millones de niños y adolescentes. Y todo fue a peor tras la pandemia de COVID-19. Los casos de ansiedad y depresión no han hecho más que aumentar desde entonces. En México, al menos el 14.3% padece trastornos de ansiedad generalizada donde el 50% son presentados antes de los 25 años, reportó el Senado de la República.
A muy grosso modo, cuando los científicos quieren saber la función de varios genes, van encendiéndolos y apagándolos, comprobando cuáles son los efectos resultantes. Esto se puede hacer a través de varios métodos, entre los que se encuentra el uso de miARN. Estas son moléculas que regulan la expresión de genes. Es decir, regulan cuándo se encienden o se apagan.
Para esta investigación, sus autores utilizaron el miARN miR483-5p, cuya función se lleva a cabo en la amígdala. Esta es una región cerebral que tiene, entre otras funciones, la de regular las emociones, por lo que no es extraño que se relacione con la ansiedad.
Al manipularlo en cerebros de ratón, vieron que miR483-5p actúa sobre el gen Pgap2, que a su vez impulsa cambios en la morfología neuronal en el cerebro y el comportamiento asociado con la ansiedad. Por lo tanto, se vio que este miARN es capaz de bloquear los efectos que el estrés induce en la amígdala, inhibiendo la ansiedad.
Todos tenemos momentos estresantes, pero si son puntuales no desarrollamos un trastorno de ansiedad. Esto ocurre, entre otros motivos, gracias a reguladores como este. No obstante, cuando el estrés tiene lugar por un suceso traumático agudo o, simplemente, se mantiene mucho tiempo, los mecanismos naturales ya no serían suficientes.
Ahí es donde es necesaria la terapia y, en algunos casos, los fármacos para la ansiedad. Por eso, si se desarrollase un medicamento que aumentara aún más el efecto de este miARN, se podría lograr frenar la ansiedad incluso cuando el estrés sea mayor.
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