Cirugía cerebral en Colombia: esperanza para la depresión resistente
Un avance médico que ofrece esperanza a miles de pacientes
Colombia entra en una nueva era en salud mental con su primera cirugía cerebral para tratar la depresión resistente. La intervención, realizada en Bucaramanga, representa un hito en la medicina latinoamericana y una esperanza real para quienes no han encontrado alivio en medicamentos o terapias tradicionales.
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Lorena Rodríguez, de 34 años, fue la primera paciente en Colombia en someterse a una cirugía de estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés) para tratar una depresión severa y resistente. Tras 17 años atrapada en un ciclo de sufrimiento, su caso fue elegido por un equipo médico liderado por el neurocirujano William Omar Contreras, en el Hospital Internacional de Colombia (HIC).
Durante la intervención —realizada el 9 de abril y revelada públicamente en julio—, los especialistas implantaron cuatro electrodos en zonas específicas del cerebro mientras la paciente permanecía despierta. Esto permitió identificar, en tiempo real, las áreas más afectadas por sus síntomas.
También se le colocó un dispositivo similar a un marcapasos en el tórax, capaz de emitir pulsos eléctricos que regulan las conexiones neuronales alteradas. Este aparato, con una duración de hasta 25 años, se recarga cada tres días.
Antes de llegar a la cirugía, Lorena pasó por evaluaciones médicas, psicológicas y psiquiátricas, con revisiones por comités independientes. Solo quienes presentan depresión resistente al tratamiento pueden ser candidatos, ya que esta técnica se reserva para casos graves y persistentes.
La operación marca un antes y un después no solo para Colombia, sino para América Latina, donde este tipo de tecnología aún es poco accesible. A nivel mundial, solo se han realizado unas 400 cirugías similares, la mayoría en Canadá y Europa.
La depresión es una de las enfermedades más prevalentes en el país. Según el Ministerio de Salud, el 4.7 % de la población —más de 2.4 millones de personas— vive con depresión, y casi un tercio no responde a los tratamientos convencionales.
La situación es alarmante, especialmente entre adolescentes. En el primer trimestre de 2024, se registraron 140 suicidios en menores de edad. Mientras tanto, la ansiedad en adultos aumentó un 43 % respecto al año anterior.
En ciudades como Bucaramanga, se estima que la depresión afecta hasta al 9 % de la población adulta. Pero el número real podría ser mayor debido a la falta de diagnóstico y estigmas sociales.
Este tratamiento consiste en estimular eléctricamente zonas cerebrales implicadas en el estado de ánimo, como el área subgenual del cíngulo o el núcleo accumbens. El objetivo no es “borrar” la depresión, sino modular la actividad cerebral para reducir síntomas como la tristeza constante, la culpa obsesiva o la ansiedad paralizante.
Aunque no es una cura definitiva, puede mejorar significativamente la calidad de vida del paciente. Algunos efectos positivos se observan desde la primera semana, aunque el proceso de ajuste puede tardar meses.
Una de las innovaciones en el caso colombiano fue el uso de cuatro electrodos, lo cual permite abarcar múltiples redes neuronales y adaptar mejor la terapia a cada paciente.
Sí. La cirugía ya fue incluida en el Plan Obligatorio de Salud (POS) de Colombia, lo que permite su cobertura a través de las EPS. Sin embargo, aún hay poca información entre médicos y pacientes, lo que limita su acceso.
El siguiente reto es formar profesionales que puedan identificar casos adecuados y orientar a las familias. También se necesita aumentar la conciencia sobre su disponibilidad y efectividad.
Este procedimiento pionero no solo representa un logro tecnológico y médico, sino una nueva puerta para quienes han perdido la esperanza. La historia de Lorena Rodríguez es el inicio de un camino que podría transformar la vida de miles de colombianos que viven en la sombra de la depresión.
Con más formación médica, políticas públicas efectivas y menos estigmas, Colombia podría convertirse en referente regional en tratamientos de alta complejidad para la salud mental.