Cirugías estéticas en menores en México:Riesgos, vacío legal y la propuesta “Ley Nicole”
La cirugía estética en menores no es moda, es un riesgo real. Descubre qué propone la “Ley Nicole” para protegerlos.
La búsqueda de la apariencia física ideal se ha intensificado en la sociedad contemporánea, impulsada por la vorágine de las redes sociales. Esta presión estética no solo afecta a los adultos, sino que se infiltra en la adolescencia y, alarmantemente, en la niñez. En México, este fenómeno se encuentra con un grave problema: la falta de una edad mínima legal para los procedimientos estéticos, un vacío que expone a los más jóvenes a riesgos físicos y emocionales irreversibles.
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Desde una perspectiva emocional, la cirugía estética en menores es una decisión compleja y cargada de implicaciones psicológicas. Los jóvenes, en plena etapa de desarrollo, suelen buscar estos cambios impulsados por la baja autoestima o la necesidad de aceptación social. Sin embargo, someter a un cuerpo en crecimiento a cirugías invasivas conlleva riesgos que van más allá del quirófano:
Es importante diferenciar que la mayoría de las intervenciones permitidas en menores, como la otoplastia (cirugía de orejas) o la cirugía de reducción mamaria, suelen tener una finalidad clínico-funcional para corregir deformidades congénitas o problemas de salud, y no puramente estética.
La cirugía estética en menores no es un juego. Conoce los riesgos físicos y emocionales y el impacto de la #LeyNicole.
A diferencia de muchos procedimientos médicos que exigen protocolos estrictos, en México, la falta de una edad mínima establecida para las cirugías estéticas deja a niñas, niños y adolescentes en un estado de vulnerabilidad legal.
Esta laguna ha permitido que la capital y otras entidades se conviertan en centros donde la demanda de cirugías estéticas en adolescentes crece, impulsada por el turismo médico y la promoción en redes sociales.
Actualmente, la única barrera legal es el consentimiento de los padres o tutores legales. No obstante, este requisito puede ser fácilmente vulnerado o, peor aún, utilizado por los propios tutores para presionar o exponer al menor a riesgos innecesarios.
La situación se agrava por:
El debate sobre la ética y la regulación en la cirugía estética tomó un giro trágico con el doloroso caso de una adolescente de 14 años en Durango, un evento que conmocionó al país y puso rostro a los riesgos que enfrentan los menores.
Esta tragedia evidenció la irresponsabilidad y la falta de ética de algunos profesionales, así como la vulnerabilidad del sistema legal. Los detalles de su caso, incluyendo múltiples procedimientos invasivos (aumento mamario, liposucción, lipotransferencia) realizados a espaldas de uno de sus padres mediante documentos falsificados, destaparon una cadena de negligencia que terminó en la muerte de la menor.
El cirujano a cargo, aun siendo certificado, actuó de forma inescrupulosa, e incluso su pareja (la madre de la niña) participó en el quirófano sin la preparación clínica adecuada, lo que llevó a imputaciones por delitos como usurpación de profesión, falsificación y omisión de cuidados.
A raíz de esta indignación, diversos legisladores han impulsado iniciativas a nivel local y federal, conocidas popularmente como la “Ley Nicole”, que buscan:
🏛️💉🔞 Ante el pleno del #CongresoCDMX, el diputado @PedroHacesL (MORENA) presentó la iniciativa denominada “Ley Nicole”, que propone reformar la Ley de Salud para prohibir intervenciones estéticas en menores de edad. pic.twitter.com/Dj5MUCquN9
— Congreso de la Ciudad de México (@Congreso_CdMex) September 30, 2025
La cirugía estética en la infancia y adolescencia no puede ser tratada como un simple acto de comercio. Es imperativo que la legislación mexicana actúe con urgencia, priorizando el Principio del Interés Superior de la Niñez.
La solución no radica solo en prohibir, sino en establecer candados legales que exijan valoraciones médicas fundamentadas, filtros sanitarios y dictámenes psicológicos para cualquier procedimiento. Asimismo, se debe legislar contra la promoción irresponsable en redes sociales, donde influencers y marketers incitan a procedimientos invasivos a edades cada vez más tempranas.
Debemos cuidar la medicina, no comerciar con ella.. Es responsabilidad de las autoridades, los profesionales de la salud y las familias asegurar que la decisión de una cirugía estética en un menor se tome con la máxima responsabilidad, ética y enfoque en el bienestar físico y emocional del paciente.