¿Citadino? Tu microbiota puede ser deficiente y protegerte menos
La pérdida del contacto con la naturaleza y la higiene a ultranza reducen la diversidad de la microbiota, lo que podría propiciar enfermedades.
Por asociarse a una reducida exposición al aire libre y un mayor contacto con materiales industriales en las viviendas —así como con productos de limpieza y desinfectantes—, la urbanización tiene una gran influencia en la composición de la microbiota. Esto explicaría (en parte) la actual transición epidemiológica de enfermedades infecciosas a enfermedades no transmisibles.
Al investigar las características químicas y microbianas de casas y habitantes de cuatro localidades de la Amazonía, seleccionadas de acuerdo con un criterio de urbanización creciente —Checherta, una aldea en medio de la selva; Puerto Almendra, un pueblo rural; Iquitos, una ciudad mediana y Manaos, una metrópoli—, un equipo de investigadores estadounidenses comprobó las consecuencias culturales y de salud que tiene para los grupos humanos vivir en estos diferentes entornos, señala información proporcionada por Biocodex Microbiota Institute.
La urbanización representa un cambio importante respecto de los estilos de vida tradicionales. En la actualidad, más de 50 por ciento de la población a nivel global es urbana y, para 2050, la proporción superará el 66 por ciento.
El tracto intestinal tiene la más abundante y diversa población de bacterias del cuerpo humano
Las enfermedades metabólicas y autoinmunes han aumentado en paralelo con estos cambios de estilo de vida y la diversidad de microbiota humana ha disminuido.
Entre estos cambios se encuentra dieta, desarrollo y densidad de los asentamientos, arquitectura, exposición al medio ambiente y contacto con animales, parásitos y bienes de consumo, detalla el estudio Home chemical and microbial transitions across urbanization.
El análisis de las sustancias químicas y microorganismos presentes en las paredes de las viviendas, los suelos, las camas y las mesas, así como el de las microbiotas de sus habitantes (piel, nariz, boca e intestino) y sus mascotas, permitió a los investigadores demostrar que los perfiles microbianos eran diferentes en cada área estudiada.
En las ciudades las casas se caracterizaron por la presencia de sustancias químicas derivadas de medicamentos, detergentes y geles de baño. También se encontraron en ellas más levaduras, probablemente debido a las condiciones propicias para su desarrollo (más calefacción, menos luz natural, mayor concentración de CO2) y a su menor sensibilidad a los antimicrobianos. Por último, se observaron más bacterias de origen cutáneo y menos microorganismos de origen ambiental.
El intestino humano es considerado un órgano complejo por sus funciones
Además de la urbanización, el mejor nivel de vida de los individuos se acompaña de una disminución de la diversidad de los microorganismos. Según los autores, estos resultados esclarecen las relaciones funcionales entre estilo de vida, microbiota y salud.
Por lo tanto, la microbiota y los hogares ganarían mucho si estuvieran más en contacto con los microbios del medio exterior y con materiales de origen natural, concluye el Biocodex Microbiota Institute, un centro de conocimiento que pone a disposición del público en general y los profesionales de la salud información científica sobre la microbiota.