Gajes del oficio: Clientes elocuentes
Cierta vez, cuando era un joven policía que patrullaba las calles, me asignaron a un crucero donde había mucho tráfico porque no funcionaba...
He aquí las mejores (e inútiles) excusas presentadas por empresarios británicos para justificar su retraso en el pago de impuestos:
“Mi mascota, un pececito dorado, murió”. Constructor independiente
“En realidad, nuestro negocio no hace nada”. Empresa de servicios financieros
“Últimamente he estado muy ocupado enviando las declaraciones de impuestos de mis clientes”. Contador
Fuente: HM Revenue & Customs (Reino Unido)
Cierta vez, cuando era un joven policía que patrullaba las calles, me asignaron a un crucero donde había mucho tráfico porque no funcionaba el sistema de semáforos.
Luego de pasar dos horas eternas soportando una temperatura congelante, sentí un gran alivio cuando un hombre salió de un bar que había en una esquina, caminó con paso firme hacia mí y me ofreció una copa de brandy. Tras cerciorarme de que mi supervisor no estuviera cerca vigilando, le agradecí el gesto y me tomé el brandy de un sorbo.
Sólo entonces reparé en la expresión perpleja del hombre. Me explicó que me había dado la copa para mostrarme que el propietario del bar estaba sirviendo menos licor del que debía, y que él sólo quería presentar una queja al respecto.
James Oldcorn, Reino Unido
Clientes elocuentes
Si eres diseñador gráfico y trabajas por tu cuenta, la única cosa peor que no tener clientes podría ser tener muchos que te hagan comentarios como éstos:
“Usted piensa que es correcto cobrarnos solamente porque nosotros no tenemos ninguna habilidad para hacer los dibujos”.
“Ponga todo el texto en letra negrita para que resalte más”.
“Perfecto, el proyecto está aprobado, a menos que nuestro cliente indique cambios. En ese caso, no estará aprobado”.
Tomado de clientsfromhell.net
Suicidio profesional
¿Harías hasta lo imposible con tal de no formar parte de la fuerza laboral? Sólo haz lo que estos solicitantes de empleo durante sus entrevistas:
Un candidato dijo que tuvo que renunciar a su trabajo en un banco porque constantemente sentía la tentación de robar.
Un aspirante dijo que no le interesaba el trabajo si había que esforzarse mucho.
Un solicitante telefoneó a su esposa en plena entrevista para preguntarle qué iban a cenar.
Una candidata guardó en su bolso todos los dulces de cortesía que había en el escritorio del entrevistador mientras éste hablaba.
Un aspirante se negó a contestar una pregunta alegando que la empresa le robaría su idea y no lo contrataría.
Tomado de careerbuilder.com