Disfruta de este típico alimento y prepáralos perfectamente de estas tres maneras:
1. Huevos fritos
El truco:
Aros de frascos de conservas.
Para que los huevos queden perfectamente redondos, calienta una sartén y rocía dos aros de frascos con aceite en aerosol.
Pon los aros en la sartén.
Lentamente, vierte un huevo cascado sobre cada uno de ellos.
Cocina unos 5 minutos si deseas la yema medio cocida.
Usa unas pinzas para retirar los aros, y sirve.
2. Huevos revueltos
El truco:
Crema fresca.
Para que los huevos no queden demasiado líquidos ni demasiado secos, calienta una sartén grande a fuego medio.
Añade 1 cucharada de mantequilla.
Casca 6 huevos directamente en la sartén.
Las claras y las yemas tienen distinto sabor, y batirlas mucho puede alterarlo.
Revuelve los huevos 1 minuto.
Agrega 1 cucharada de crema fresca.
La grasa de ésta hará los huevos cremosos y suaves.
Mezcla y sigue cocinando de 30 a 60 segundos más.
3. Huevos escalfados
El truco:
Hiérvelos 10 segundos.
Con un alfiler haz un orificio en la base ancha del cascarón; esto sirve para crear una bolsa de aire que evita que el huevo se expanda y se agriete durante la cocción.
Cuece el huevo así entero por 10 segundos para permitir que conserve su forma una vez que lo casques.
Saca el huevo y deja que el agua rompa en un hervor suave.
Casca el huevo con cuidado y ponlo en el agua.
Escálfalo de 3 a 4 minutos.
Usa una espumadera para transferirlo a un tazón con agua helada, y déjalo allí 30 segundos para detener la cocción.
El secreto principal es, asegurarte de no cocinarlos demasiado. Si se pasan, se separan en pedacitos que se endurecen. Cuéntanos que platillo elegiste y si te salieron muy bien.