Evita comer solo por problemas emocionales
Desaprender a comer por razones emocionales te ayuda a concentrarte en la satisfacción física que proporcionan los alimentos sanos.
Si el estrés, el aburrimiento, la pena o la frustración te llevan a un lugar —la cocina—, estás cargando con un enorme bagaje que vale la pena dejar antes de empezar una dieta.
“Las personas sin problemas de peso no comen cuando están alteradas; manejan su angustia de otras formas”, dice Judith Beck, presidenta del Instituto Beck de Terapia e Investigación Cognitivas, en Bala Cynwyd, Pensilvania.
“Llaman a una amiga, se distraen o simplemente toleran la angustia. Es esencial que las personas aprendan a manejar la angustia sin comer”.
Según un estudio del University College, en Londres, las personas que comen por razones emocionales no buscan precisamente zanahorias y pepinos cuando el cerebro les grita ¡DAME DE COMER! Optan por cosas con alto contenido de azúcar, grasas y calorías, como las donas, en lugar de un plátano. He aquí cómo romper la relación entre el mal humor y los alimentos.
Cuando tengas muchas ganas de comer, observa cómo te sientes. “El hambre emocional por lo general se experimenta en la boca o la garganta, o tal vez percibas el impulso en la parte superior del cuerpo”, dice Beck.
“Normalmente se desean alimentos específicos. Cuando la gente se altera, rara vez se le antojan zanahorias o leche”.
Si sospechas que vas a empezar a comer por razones emocionales, aprende a relajarte, por ejemplo dando una caminata corta para bajar el efecto de las hormonas del estrés.
En un estudio neozelandés de 225 mujeres excedidas de peso que seguían regímenes de alimentación sanos, sólo las que aprendieron estrategias para relajarse perdieron peso.
Haz una lista con todas las razones por las cuales deseas bajar de peso. “Léela todas las mañanas y siempre que sientas estrés que te provoque ganas de comer”, sugiere Beck.
Además, lleva siempre contigo las siguientes afirmaciones en tarjetas. Léelas por la mañana o cuando sientas la necesidad de comer por impulso:
Calificar tus niveles de hambre y satisfacción puede ayudarte a disfrutar más de la comida y te sirve para que evites comer en exceso, lo cual causa apetito emocional.
Utiliza una escala del hambre, donde el 1 representa “un hambre espantosa” y el 10 representa estar “llena a más no poder”. Deja de comer cuando estés en el 5 o 6, que es cuando te sientes satisfecha.