En un mundo donde el tiempo parece escaso, comer demasiado rápido se ha vuelto una costumbre para muchos. Sin embargo, este aparente ahorro de minutos puede pasar factura a tu salud. De hecho, es uno de los hábitos que más contribuye al aumento de peso no intencionado y al deterioro del bienestar digestivo.
¿Qué pasa cuando comes rápido?
Según el Dr. José Viña, catedrático de Fisiología en la Universidad de Valencia y experto en envejecimiento saludable, comer deprisa lleva a consumir más calorías de las necesarias. ¿La razón? Tu cuerpo necesita tiempo para activar las señales de saciedad, y si no se lo das, comerás de más.
“Comer despacio es esencial para comer bien y para comer menos”, asegura Viña.
Además, comer con prisa reduce la experiencia alimentaria a una necesidad biológica, quitándole el valor cultural, social y placentero que tiene el acto de sentarse a la mesa.
Beneficios reales de comer despacio
Comer más lentamente puede parecer un cambio simple, pero trae grandes beneficios para la salud física y emocional:
1. Mejora la digestión
Al masticar bien y tomarte tu tiempo, ayudas al estómago y los intestinos a procesar mejor los alimentos, lo que reduce molestias como inflamación, gases o estreñimiento.
2. Favorece el control del peso
Cuando comes con calma, es más probable que identifiques cuándo estás satisfecho, evitando el exceso de comida y calorías innecesarias.
3. Estabiliza la glucosa
La digestión pausada permite una absorción más gradual de azúcares, lo cual regula los niveles de glucosa en sangre y disminuye el riesgo de padecer diabetes tipo 2.
4. Conecta cuerpo y mente
Comer despacio te permite disfrutar los sabores, ser más consciente de lo que consumes y tener una relación más sana con la comida.
Cómo comenzar a comer más despacio
La endocrinóloga Clara Joaquím, del Grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, destaca que “no solo importa lo que comemos, sino cómo lo hacemos”. Aquí algunos consejos prácticos:
- Mastica bien cada bocado, al menos 15-20 veces.
- Deja los cubiertos en la mesa entre bocado y bocado.
- Evita pantallas mientras comes para concentrarte en el acto.
- Siéntate a la mesa con calma y crea un ambiente relajado.
- Comparte tus comidas con familiares o amigos cuando sea posible.
Comer despacio no es una pérdida de tiempo, es una herramienta sencilla que puede ayudarte a sentirte mejor, a tener mejor digestión, a disfrutar más tus comidas y, de paso, a mantener un peso saludable.En lugar de contar calorías, tal vez lo que necesitas es contar segundos entre bocado y bocado. Haz la prueba y observa los beneficios en tu cuerpo y en tu mente.