Cómo afectan las enfermedades reumáticas a la vida sexual

Las enfermedades reumáticas también impactan tu vida sexual

Lupus, artritis reumatoide, esclerosis sistémica, síndrome de Sjögren, vasculitis… todas estas condiciones forman parte de un grupo conocido como enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas (ERAS). Aunque afectan a miles de personas en América Latina, su impacto en la vida sexual suele pasar desapercibido, incluso para quienes las padecen.

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La sexualidad no se limita a los órganos genitales. También involucra el sistema nervioso, las hormonas, la circulación y el estado emocional. Por eso, vivir con una ERAS puede afectar el deseo, la excitación o incluso dificultar el acto sexual por completo.

La reumatóloga Paloma García de la Peña, de la Fundación Investigación Inmunes, explicó en un reciente congreso que la sexualidad está compuesta por cinco fases (deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución), y que una enfermedad reumática puede alterar una o varias de estas etapas.

¿Por qué sucede esto?

Una de las claves está en las citoquinas, moléculas inflamatorias producidas por el sistema inmunológico. Cuando están elevadas, pueden interferir con el deseo sexual, afectar el flujo sanguíneo (clave para la excitación y el orgasmo) y alterar el funcionamiento de órganos implicados en el placer.

Además, algunas enfermedades, como el síndrome de Sjögren, provocan sequedad vaginal, lo que genera dolor durante la penetración. Otras, como la esclerodermia o la artritis, pueden reducir la movilidad o causar molestias físicas que afectan la intimidad.

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Más allá del cuerpo: autoestima y comunicación

Los cambios físicos, el dolor, la fatiga crónica o los efectos de la medicación también pueden impactar en la autoestima y la imagen corporal, llevando a algunas personas a evitar el sexo por incomodidad o inseguridad.

Por eso, los especialistas subrayan la importancia de la comunicación en pareja. Hablar abiertamente sobre los síntomas, necesidades y límites puede aliviar tensiones y abrir camino a nuevas formas de disfrutar el contacto íntimo.

Consejos para mejorar la vida sexual si tienes una ERAS

  1. Planifica tus momentos íntimos
    Si hay dolor o rigidez, es válido programar el acto sexual. Puedes tomar un analgésico previamente o elegir el momento del día en que te sientas con más energía.

  2. Usa lubricantes y productos que reduzcan la fricción
    Especialmente si hay sequedad vaginal. El uso de lubricantes con base acuosa o de silicona puede mejorar la experiencia y evitar molestias.

  3. Adapta las posiciones sexuales
    Si hay limitación en las caderas, rodillas o problemas pulmonares, es mejor optar por posturas que no generen presión ni dificulten la respiración. La comodidad y el placer deben ir de la mano.

  4. Cuida tu temperatura corporal
    En casos como el fenómeno de Raynaud (donde las extremidades se enfrían), mantener el cuerpo caliente durante el sexo puede evitar espasmos vasculares y ayudar a alcanzar el orgasmo o la erección.

  5. Busca apoyo psicológico si lo necesitas
    La ansiedad, la depresión y los cambios hormonales también afectan el deseo sexual. Un enfoque integral que incluya salud mental puede ser clave.

  6. Habla con tu reumatólogo sin miedo
    Aunque a veces cueste, llevar estos temas a la consulta médica es esencial. Tu especialista puede ayudarte a ajustar tratamientos, derivarte a un sexólogo o darte pautas útiles.

La sexualidad también es salud

Recuperar o mantener una vida sexual satisfactoria es posible incluso viviendo con una enfermedad reumática. El secreto está en escuchar tu cuerpo, comunicarte con tu pareja y adaptar tu rutina íntima a tus nuevas necesidades.

No se trata solo de sexo: se trata de bienestar, autoestima, vínculo y placer. Y tú también tienes derecho a ello.

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