Dale un masaje a tu perro, nosotros te decimos cómo hacerlo
Tus manos sobre el cuerpo de tu perro lo relajará y obtendrá otros beneficios: pelo brillante, mejor circulación y un sistema inmunitario más fuerte.
Lo mejor es que no necesitas una cama de masajes para consentir a tu perro. Simplemente lleva a tu mascota a un lugar cómodo y silencioso de la casa, donde se pueda relajar.
Sabemos que un perro es un animal muy dependiente, así que un masaje será algo muy disfrutable para él, por eso debes de tratar de hacerlo lo mejor que puedas (tampoco es que sea muy difícil, nosotros te explicamos). Es importante que tu mascota se relaje, busca algún lugar donde sepas que se siente tranquilo y a gusto, acuéstalo y comienza a cariciarlo.
Puedes comenzar por el cuello, utiliza las yemas de tus dedos, haz movimientos circulares, después baja suavemente hacia los hombros, sigue con el pecho y las patas delanteras. Regresa luego a la espalda y termina en las patas traseras.
Puede quedarse dormido mientras lo masajeas, si pasa, no lo despiertas y deja que siga con su siesta, es la mejor prueba de que el masaje lo ha relajado y de que lo hiciste perfecto.
Estas son algunas indicaciones para cada una de sus partes que vas a masajear.
Usando toda la palma de la mano o sólo las yemas de los dedos, masajéale suavemente la cabeza, desde la nariz hasta el cuello. Haz movimientos en pequeños círculos con los dedos índices y medios o con los pulgares en ambos lados de la cara, en la parte superior de la cabeza y alrededor de las orejas.
Margaret Clark, fundadora del centro terapéutico Wings Canine & Equine Massage de Abbotsford, Canadá, recomienda empezar y terminar cada sesión con una fricción superficial, haciendo movimientos circulares lentos sin presionar mucho. Normalmente, el movimiento debe seguir la dirección del pelo.
Primero fricciona desde la punta de la nariz hasta la punta de la cola; luego vuelve a masajear la punta de la nariz, sigue con la cabeza y baja por un hombro hasta llegar a los dedos de las patas. Repite cada movimiento dos o tres veces de cada lado, o bien, si tu perro es grande, fricciona ambos lados al mismo tiempo.
Después, concéntrate en una parte del cuerpo a la vez. “Amasa” toda la zona del cuello; cuando la piel empiece a estirarse, levántala un poco y dale un apretón leve.
“Amasa” la piel. Luego, con los dedos un poco flexionados, haz sacudidas muy pequeñas y rápidas que provoquen vibraciones. Tras realizar tres series de sacudidas, alza la mano y muévela unos cinco centímetros. Repite los movimientos hasta que hayas masajeado todo el cuerpo.
Usa compresiones leves y rítmicas para masajear desde los hombros hasta los dedos, y luego de vuelta.