¿Te sientes abrumado por las preocupaciones? ¿Te cuesta aceptar las cosas que no puedes cambiar? Si es así, no estás solo. Desde la antigua Grecia, filósofos como Epicteto y Marco Aurelio han reflexionado sobre cómo encontrar la paz interior en un mundo caótico.
La preocupación es una respuesta natural ante el estrés y la incertidumbre. Sin embargo, cuando se vuelve excesiva, puede afectar negativamente nuestra salud mental y bienestar. Preocuparse por cosas que no podemos controlar es una fuente de ansiedad y sufrimiento innecesario.
Los estoicos como Marco Aurelio te recuerdan que tu mente es tu mayor fortaleza. “Todo lo que escuchas es una opinión, no un hecho. Todo lo que ves es una perspectiva, no la verdad. Tienes poder sobre tu mente, no sobre los eventos exteriores”, afirmaba.
Si te centras demasiado en lo que escapa a tu control, es lógico decir que nunca podrás alcanzar algo de lo que no dependas. Pero si te centras en lo que puedes controlar, avanzarás. Si prestas demasiada atención a lo que no puedes controlar, tus pensamientos serán más dispersos y no discernirás con claridad lo que puedes hacer para mejorar tu vida.
Que tu felicidad dependa de cosas que se escapan a tu control será tu primera fuente de insatisfacción, decía Epicteto.
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La clave para una vida plena radica en discernir entre lo que está en tu poder y lo que no. El psicólogo Jeffrey S. Nevid, especialista en terapia cognitivo-conductual, te ayuda a identificar estos dos aspectos:
Lo que NO puedes controlar
Lo que SÍ puedes controlar
Existen diversas técnicas que te ayudarán a dejar de preocuparte por lo que no puedes controlar:
Identifica tus preocupaciones: Escribe una lista de las cosas que te preocupan. Clasifícalas en dos categorías: “lo que puedo controlar” y “lo que no puedo controlar”.
Cuestiona tus pensamientos: Pregúntate si tus preocupaciones son realistas o si estás exagerando las cosas. Busca evidencia que apoye o refute tus pensamientos.
Practica la atención plena: Enfócate en el presente y en lo que puedes controlar en este momento. Puedes utilizar técnicas como la meditación o el mindfulness.
Acepta la incertidumbre: Es normal no tener control total sobre todo lo que sucede en la vida. Acepta que la incertidumbre es parte de la vida.
Cambia tu perspectiva: Enfócate en lo positivo y en las cosas por las que estás agradecido. Busca el lado bueno de las situaciones difíciles.
Actúa: Si hay algo que puedes hacer para resolver un problema, hazlo. No te quedes de brazos cruzados.
Busca ayuda profesional: Si te sientes abrumado por tus preocupaciones y no puedes controlarlas por tu cuenta, es importante buscar ayuda profesional. Un psicólogo puede ayudarte a desarrollar estrategias para manejar la ansiedad y las preocupaciones.
Al enfocarnos en lo que podemos controlar y aceptar lo que no, podemos vivir una vida más plena y con menos estrés. La sabiduría y la fuerza interior se encuentran al comprender esta diferencia.
“Dios, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el coraje para cambiar las que sí y la sabiduría para saber la diferencia”.
Con información de Harmonia.la
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