1. Busca la simetría
La primera regla para elegir una sandía es buscar una que sea firme, simétrica y que no tenga demasiadas marcas. Los pequeños bultos pueden indicar que no recibió suficiente agua durante su crecimiento, así que quizá esté algo seca.
2. Entre más pesada, mejor
La próxima vez, pesa la sandía con tus manos. En este caso, siempre será mejor la más pesada. Ya que una sandía es 92% agua, que esté pesada significa que ya está en su punto. Si tomas otra del mismo tamaño, recuerda esto: la más pesada estará más madura.
3. Busca el círculo amarillo
Ahora gira la sandía. Debe tener un círculo amarillo en la base, que indica qué parte de su cuerpo tocaba tierra durante su maduración. Entre más oscuro sea ese círculo, mejor sabrá.
Y si está marca es blanca o, de plano, no le encuentras ninguna, significa que la cosecharon antes de que estuviera del todo madura.
4. Olvídate de las sandías brillantes
La próxima vez que elijas una sandía recuerda que debes evitar aquellas que brillen mucho. Generalmente esto significa que no están maduras. La sandía perfecta es la que tiene un color verde opaco.
5. También, deja de lado las más pulposas
Coloca tu dedo pulgar en el punto opuesto a donde veas la marca del tallo. La cáscara debe ceder un poco, pero si esto sucede con demasiada facilidad entonces esa sandía no es para ti, está demasiado madura y probablemente también esté seca.
6. Necesitas un sonido seco
La prueba final: coloca la sandía en una superficie plana y dale un pequeño golpe. Debes escuchar un sonido seco y profundo, como de un bajo. Quizá parezca tonto, pero ese sonido indica que la sandía está comenzando a separarse al centro.
Si el sonido es demasiado fuerte, entonces quizá aún no esté tan madura.
Tomado de rd.com How to Pick the Perfect Watermelon Every Single Time
