Cuidar a un ser querido puede ser una experiencia enriquecedora, pero también agotadora, especialmente cuando se combina con una carrera profesional activa y las responsabilidades familiares. Este escenario es cada vez más común entre los adultos jóvenes, especialmente dentro de la llamada generación sándwich, que debe atender tanto a hijos pequeños como a padres mayores.
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Según especialistas como Lori Nisson, del Banner Alzheimer’s Institute, equilibrar estos tres frentes (trabajo, familia y cuidado) puede generar estrés, impacto financiero e incluso agotamiento emocional. Por eso es clave aprender a gestionar el tiempo, pedir apoyo y cuidar también de quien cuida.
¿Quiénes son los cuidadores actuales?
Hoy en día, muchos cuidadores son millennials —adultos de entre 29 y 44 años— que además de cuidar a padres o abuelos, están criando hijos o desarrollando su carrera profesional. Las razones para asumir este rol son muchas: el aumento de la esperanza de vida, enfermedades crónicas, el alto costo de servicios profesionales o el deseo de mantener a los familiares en casa.
Desafíos de la generación sándwich
Ser parte de esta generación puede resultar emocional y físicamente agotador. Entre las tareas diarias, la atención constante, la falta de tiempo para uno mismo y la presión económica, el riesgo de burnout o agotamiento del cuidador es alto. En muchos casos, se reduce la jornada laboral, se rechazan ascensos o incluso se abandona el trabajo por completo.
Estrategias para encontrar equilibrio
Si te identificas con esta situación, estos consejos pueden ayudarte:
Establece límites y prioridades: Planifica tu día con tareas realistas. No temas decir que no.
Pide ayuda: Comparte responsabilidades con familiares. Considera contratar apoyo si es posible.
Explora alternativas de atención: Teleconsultas, servicios a domicilio o redes de apoyo local pueden ser un alivio.
Comunica tus necesidades: Sé claro con tu entorno laboral y familiar sobre tus responsabilidades.
Cuida tu salud mental: El autocuidado no es un lujo, es una necesidad. Dedica tiempo a actividades que te relajen y restauren.
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Apoyo financiero y laboral
Consulta con tu empleador sobre licencias, horarios flexibles o programas de asistencia. También puedes investigar beneficios del gobierno o asociaciones locales para cuidadores. Mantener un presupuesto organizado y usar herramientas digitales para programar tus actividades puede marcar la diferencia.
No lo hagas solo: buscar ayuda es parte del cuidado
Un grupo de apoyo, un consejero o simplemente hablar con alguien de confianza puede ayudarte a sobrellevar los momentos más difíciles. Recuerda que cuidar de ti también es cuidar a los demás.