Las relaciones de amistad son fundamentales en nuestras vidas, pero a menudo no somos conscientes de cómo nuestras acciones pueden afectar a quienes nos rodean. En ocasiones, sin intención de hacer daño, nuestras actitudes pueden resultar perjudiciales. La neurociencia y la psicología nos ofrecen herramientas para mejorar nuestras relaciones y evitar ser un amigo tóxico.
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Te compartimos estos 5 puntos queda David Robson para la BBC:
1. Ser consistente
La inconsistencia en una amistad puede generar ansiedad. Un estudio del University College de Londres demostró que las personas responden con mayor estrés ante situaciones inciertas que ante situaciones predecibles. Ser un amigo solo en los buenos momentos puede dejar a los demás en un estado de anticipación incómoda. Es importante tratar de ser más predecibles y confiables en nuestras reacciones.
2. Evitar la ilusión de transparencia
A menudo, creemos que nuestros sentimientos son evidentes para los demás, lo que se conoce como ilusión de transparencia. Sin embargo, esto puede llevarnos a no expresar nuestro aprecio. Investigaciones de Amit Kumar y Nicholas Epley revelan que las personas subestiman el impacto positivo que puede tener una carta de agradecimiento. Es crucial comunicar nuestros sentimientos verbalmente para que los demás sepan cuánto los valoramos.
3. Validar los sentimientos de los demás
Cuando un amigo está pasando por un momento difícil, es vital validar sus sentimientos. Un amigo tóxico puede ser crítico, lo que aumenta la carga emocional de la persona. En lugar de simplemente escuchar, es útil ofrecer perspectivas que ayuden a ver la situación de manera más amplia. Preguntas como “¿Qué aprendiste de esta experiencia?” pueden fomentar una reflexión constructiva.
4. Celebrar los éxitos de los demás
La felicidad compartida es tan importante como la empatía. Estudios de Shelly Gable y Harry Reis muestran que nuestras conversaciones sobre buenas noticias son fundamentales para mantener relaciones saludables. Un amigo comprensivo debe responder activamente a los logros de los demás, mostrando interés y alegría. Celebrar los éxitos, grandes o pequeños, fortalece los lazos de amistad.
5. Ser el primero en pedir perdón
Todos cometemos errores, pero pocos se disculpan sinceramente. La falta de disculpas puede generar resentimiento. La investigación sugiere que reconocer el daño causado y expresar arrepentimiento genuino puede ayudar a restaurar las relaciones. Una disculpa efectiva incluye dar espacio para que la otra persona exprese su dolor y asumir la responsabilidad de nuestras acciones.
Conclusión
Las amistades requieren esfuerzo y atención. Al aplicar estos cinco consejos, no solo evitamos ser amigos tóxicos, sino que también fortalecemos nuestras relaciones, creando conexiones más sanas y significativas.