En la década de 1890, los hermanos Kellog de Battle Creek, Michigan, estaban en la búsqueda de nuevos productos a base de granos.
Tuvieron éxito al crear un substituto del café y una especie de granola (una mezcla de avena y otros ingredientes).
Pero la innovación más importante de los Kellog surgió por error.
Un día, los hermanos se equivocaron y dejaron un poco de germen de trigo cocido y en lugar de desecharlo, lo pasaron a través de los rodillos que utilizaban para prensar la pasta de avena y convertirla en granola.
Cada grano de trigo salió por separado en forma de copo. Hornearon los copos y notaron que tenían un buen sabor. En algún momento, alguien agregó leche.
El resto es la historia del cereal para el desayuno. ¿Lo sabías?
Aquí te dejamos una línea de tiempo para que conozcas el resto de la historia.
Tomado del libro “Soluciones inmediatas a problemas cotidianos. Arreglos prácticos en 5 minutos”.
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