Las fresas son una fruta deliciosa y nutritiva. Son una buena fuente de vitamina C, fibra y antioxidantes, y se han relacionado con una serie de beneficios para la salud. La OMS recomienda consumir al menos 400 gramos de frutas al día para mantener una dieta equilibrada.
Las fresas tienen una gran riqueza mineral, ya que son una de las frutas más ricas en hierro junto a sus ‘primas’ la frambuesa y la grosella.
En un puñado de fresas podemos encontrar un 17% de hierro y un 9% de magnesio, además de encontrar potasio, calcio, fósforo, manganeso, silicio y cobre, lo que hace de esta una fruta muy propicia para tratar déficits nutricionales. Y eso por no hablar de la excelente fuente de vitaminas C, K y ácido fólico que son.
La fresa se compone principalmente de agua (89%), de hidratos de carbono que es alrededor del 7% y en forma de fructosa, glucosa y xilitol.
Pero si hay algo por lo que destaca es por ser una fuente rica en vitamina C, que ayuda a mantener el sistema inmune fuerte y a proteger las células del daño oxidativo causado por los radicales libres, tal y como explica la Fundación Española de Nutrición (FEN).
Las fresas contienen antioxidantes que ayudan a reducir la inflamación de los tejidos, el colesterol y los triglicéridos. Estos antioxidantes pueden contribuir a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares al aumentar la elasticidad de las arterias y prevenir obstrucciones. Un estudio publicado en The British Journal of Nutrition respalda estos beneficios.
La vitamina C es un nutriente esencial para el sistema inmunológico. Ayuda a las células del sistema inmunológico a funcionar correctamente y a combatir las infecciones.
Las fresas son abundantes en vitamina B1, que estimula el sistema nervioso y aumenta la producción de hormonas que mejoran el estado de ánimo. Su consumo puede ayudar a combatir la tristeza y levantar el ánimo.
Los flavonoides de las fresas tienen efectos beneficiosos sobre las funciones cerebrales. Estos compuestos pueden ayudar a mantener un cerebro más sano y con un funcionamiento óptimo.
Las fresas tienen un alto contenido de agua, lo que ayuda a mantener la piel hidratada y saludable. Además contienen ácido elágico, que puede proteger tu piel de los daños del sol y retrasar el envejecimiento. También pueden reducir problemas como el acné y las manchas.
Las fresas son una buena fuente de luteína y zeaxantina, dos carotenoides que ayudan a proteger los ojos contra el daño causado por los rayos UV y la luz azul.
Esta fruta representa una fuente abundante de fibra dietética, que desempeña un papel importante en el mantenimiento de un funcionamiento digestivo óptimo. Su consumo favorece los movimientos intestinales y ayuda a prevenir el estreñimiento.
Con información de El Universal
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