Cómo llegan los seres vivos a las islas
¿Cómo llegan los seres vivos a las islas? A las aves y a los murciélagos les basta con volar a las islas recién formadas; también llegan por el aire otros colonizadores como las semillas,...
¿Cómo llegan los seres vivos a las islas?
A las aves y a los murciélagos les basta con volar a las islas recién formadas; también llegan por el aire otros colonizadores como las semillas, las esporas, los insectos y ciertas arañas que son arrastradas por el viento. Algunos arriban como huéspedes de las aves: el lodo adherido a las patas y las plumas de las aves que emigraron a una isla cerca de Java contenía 21 clases de semillas además de huevos de insectos y caracoles.
Otros colonizadores llegan por mar, ya que hay semillas que sobreviven mucho tiempo flotando en agua salada. En ocasiones las plantas arriban como masas de vegetación flotante arrancada de las orillas continentales y arrastrada por las corrientes. En esa especie de balsas van también polizones, como insectos, lagartijas y otros animales. Las famosas tortugas de las Galápagos llegaron probablemente de Sudamérica sobre balsas de ese tipo.
¿Qué organismos suelen llegar primero?
Las islas volcánicas recientes están privadas de seres vivos e incluso de tierra. Las aves marinas y las focas las suelen usar para anidar o para descansar; a ellas no les importa que no haya vegetación porque extraen su alimento del mar, pero los demás animales tienen que esperar la llegada de las plantas. La flora pionera suele estar formada por musgos, helechos y otras plantas que se reproducen por esporas, estructuras tan diminutas y numerosas que pueden viajar grandes distancias arrastradas por el viento.
También algunas semillas son transportadas con facilidad, especialmente las que están adaptadas para flotar en el aire o para adherirse a las aves. Se sabe, por ejemplo, que las semillas de un pariente del diente de león fueron dispersadas por el viento desde Australia a Nueva Zelanda, a más de 1,500 kilómetros de distancia, y de ahí hasta algunas islas de la Polinesia.
Las semillas que arriban flotando en el agua suelen tener menos éxito, ya que sólo las de las especies litorales es probable que consigan un hábitat adecuado. Entre las que logran arraigarse están los cocos, los mangles y las campanillas trepadoras.
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