A lo largo de la vida las horas de sueño cambian drásticamente. Los recién nacidos duermen casi todo el día, así que alcanzan la fase REM un 50 por ciento de ese tiempo; en la adultez las horas de sueño se reducen, así que solo se permanece en esa fase un 20 por ciento del tiempo.
La etapa REM (Movimientos Oculares Rápidos por sus siglas en inglés) es la fase donde soñamos, ya que se caracteriza por tener alta actividad cerebral. El nombre viene del movimiento que tienen los ojos durante esa etapa, pero el cuerpo está relajado.
Regularmente ocurre 90 minutos después de quedarnos dormidos y tiene una duración aproximada de 10 minutos. Un ciclo de sueño completo (desde la etapa I a la etapa REM) dura entre 90-110 minutos, según el Instituto del Sueño.
Si te ha pasado que gritas o te quieres mover en un sueño y no puedes se debe a que en la etapa REM el tono muscular no existe y el cuerpo está completamente relajado. Es muy importante llegar a esa fase, pues es cuando el cuerpo se revitaliza y se restaura.
Además, mejora el estado de ánimo, regula las hormonas e impulsa la creatividad porque la mente trabaja en la creación de sueños.
Por otro lado, estimula las áreas del cerebro que se utilizan para el aprendizaje, lo cual nos ayuda a tener mejor retención de información al día siguiente.
Existen varios factores que contribuyen a conciliar un buen sueño y evitar los despertares nocturnos:
Utilizar aceites naturales en el cuerpo o cama antes de dormir tiene un gran efecto de relajación, pues inciden sobre el sistema nervioso. Los más utilizados son:
Su acción relajante ayuda a liberar la tensión corporal.
¿Sabías que le dedicamos una tercera parte de nuestra vida al sueño? Por ello es crucial contar con un colchón que te permita tener buenas noches de descanso, que sea de calidad y ergonómico.
Dormir en el colchón adecuado, explica la Dra. Verena Senn, neurobióloga y experta en sueño de Emma, la compañía del sueño, aumenta la concentración, mejora el estado de ánimo, eleva nuestro sistema inmunitario y evita el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
En ocasiones la ansiedad impide que se alcance un sueño reparador. Ante esta situación se recomiendan ejercicios de respiración. O un poco de meditación. Estas acciones liberan la tensión muscular y otorgan calma.
Una vez acostado realiza esta sencilla rutina de respiración:
La mala calidad de sueño incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardíacas e hipertensión, entre otros padecimientos serios, así que trata por todos los medios de lograr un descanso adecuado.
Descubre por qué no debes quedarte sentado más de lo necesario.
La salud neurológica es una preocupación creciente en todo el mundo, con un notable aumento…
El sueño es un proceso biológico fundamental para la salud física y mental. Cuando este…
Aunque puede ser difícil de describir, este síntoma suele ser la señal de que algo…
Un microbioma intestinal saludable podría ayudar a las personas con EII, pero ¿deberían los probióticos…
Aprende consejos prácticos y encuentra 15 ideas fáciles para mantenerte en el camino hacia una…
Esta web usa cookies.