El aroma del ponche navideño anuncia que la temporada de fiestas ha llegado. Su mezcla de frutas, especias y caña de azúcar nos transporta a recuerdos familiares, pero ¿alguna vez te has detenido a pensar de dónde viene esta bebida tan mexicana?
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La respuesta es sorprendente: su historia empieza muy lejos, en India, y recorre varias culturas antes de aterrizar en nuestro país.
Esta es la fascinante travesía del ponche.
Un viaje que inicia en India: el panch
El origen del ponche se encuentra en India, donde era conocido como panch o pãc, palabra del sánscrito que significa “cinco”. El nombre hacía referencia a los cinco elementos esenciales de la bebida original:
- alcohol
- azúcar
- agua
- limón
- té
Los marineros británicos que viajaban por la región probaron esta infusión y quedaron tan cautivados que decidieron llevarla a Europa. Al adaptarla, cambiaron su nombre a punch, un término que comenzó a expandirse entre varios países del continente.
De Europa a México: el giro español
El ponche navideño llegó a tierras mexicanas durante la Conquista. Los españoles, al adoptar la receta, ajustaron nuevamente el nombre: punch se convirtió en “ponche”.
Desde entonces, la bebida empezó a difundirse por América Latina, donde cada región la transformó según su gusto, ingredientes y clima.
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La “mexicanización” del ponche
Como ocurre con muchas tradiciones, México adoptó el ponche… y lo reinventó.
Aquí, la mezcla asiática-europea se enriqueció con ingredientes locales que le dieron identidad propia. Por eso, la receta mexicana tradicional incluye:
- caña de azúcar
- tejocote
- manzana
- guayaba
- tamarindo
- jamaica
- canela
- ciruelas pasas
- piloncillo
En muchas regiones también se le agrega “piquete”: un toque de ron, tequila, whisky o aguardiente.
El resultado es un ponche navideño más espeso, aromático y nutritivo que el original.
Un caldo lleno de nutrientes
Además del sabor y el valor cultural, el ponche mexicano es una infusión rica en vitaminas y minerales.
Según la Academia Nacional de Medicina de México, aporta:
- vitaminas A, C y B3
- calcio, hierro, potasio, zinc y magnesio
- antioxidantes
- fibra
Esta combinación lo convierte en un complemento ideal para fortalecer el sistema inmunológico y favorecer la digestión durante el invierno.
Eso sí: su consumo debe ser moderado, pues la fructosa natural de las frutas puede elevar el nivel de azúcar en algunas personas.
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Una bebida que el mundo adoptó a su manera
Cada país adaptó el ponche a su cultura:
- Estados Unidos: eggnog, preparado con leche, huevo, crema, azúcar y especias.
- Chile: cola de mono, una mezcla de aguardiente, leche, azúcar, café y clavos de olor.
- México: una infusión frutal, cálida y especiada que se ha convertido en símbolo de nuestras posadas.
En todas estas versiones, el espíritu es el mismo: celebrar, reunir y compartir.
Conclusión
El ponche navideño que disfrutamos hoy es el resultado de un viaje histórico que inició en Asia, pasó por Europa y se transformó definitivamente en México.
Es una bebida que habla de encuentros culturales, sabores locales y tradiciones que perduran.
Por eso, cada taza que tomamos es mucho más que una infusión: es una historia que calentó el mundo hasta llegar a nuestras manos.