El bullying o acoso dentro de las escuelas es un asunto de importancia mundial que cada día atrae mayor atención de organismos y personas debido a sus causas y las consecuencias que podría desencadenar en la autoestima y comportamiento de niños y jóvenes.
Actualmente, el fenómeno del acoso escolar o bullying no es un asunto del pasado o uno que pueda pasar desapercibido. En México, este fenómeno social se vive de manera cotidiana y no respeta edades, género o grado escolar.
Los resultados del informe PISA 2015, que mide el bienestar de los estudiantes de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), arrojaron datos nada esperanzadores para el país en cuestión de acoso escolar.
De acuerdo con este documento, el bullying en las escuelas de México se encuentra por encima de la media con un 20 por ciento de estudiantes que afirman haber sufrido esta terrible problemática social.
Según la opinión de Trixia Valle, escritora y conferencista enfocada en el tema del bullying a niños y jóvenes, si no se tiene un control y una cultura de la prevención, el fenómeno puede tener graves consecuencias como situaciones relacionadas con la autoestima, con la posibilidad de que éstos se transformen en problemas de índole social con resultados fatales, como la delincuencia o el suicidio.
“De hacer bullying pasas a formar parte de una pandilla y de formar parte de una pandilla puedes empezar a delinquir de forma aislada y después lo más seguro es que entres a la delincuencia organizada”, asegura Trixia Valle, directora de la Fundación En Movimiento, organización que, desde hace siete años, trabaja en la prevención del problema del bullying por medio de actividades como la creación de programas de prevención en escuelas.
Dentro de esta práctica siempre hay dos elementos: el afectado y el abusador, también conocido como bully; no obstante, dentro de la configuración de este último, también existe una separación, sobre todo cuando hablamos de la formación un grupo de abusones.
Siempre está el bully activo o líder de poder, quien es el principal encargado de realizar las actividades que incitan a la agresión, tanto en el ámbito físico, como psicológico y ahora también en el universo digital.
También existen los cómplices de este primer personaje, llamados por nuestra especialista ‘bullies pasivos’, quienes son los que están apoyando al agresor principal, fomentando y aprobando las actividades que realiza.
Por ejemplo, hablando de un caso de bullying cibernético realizado en las redes sociales, los bullies pasivos serían quienes reaccionan de manera positiva (poniendo ‘Me gusta’) a las publicaciones del líder y lo apoyan.
Tomando lo anterior como punto de partida, se puede continuar con la realización de ciertos actos vandálicos dentro de su escuela, como romper un baño, rayar las bancas o amedrentar compañeros en la cafetería, por mencionar algunos.
Trixia considera que desde el nivel secundaria ya hay pandillas las cuales podrían evolucionar a un escenario de delincuencia común y a situaciones más peligrosas a futuro. Conoce el origen del bulying y cómo evitarlo con tus hijos.
El universo del internet y las redes sociales se han convertido en otra vía para el acoso, también por este medio el bullying se ha extendido a todos los aspectos de la vida diaria debido a la facilidad de obtener acceso a la información de muchas personas.
Esto implica, en ocasiones, la entrada a la intimidad de la gente y la emisión de opiniones que, a veces, pueden dar pie a episodios de acoso por estos medios.
En lo que respecta a niños y adolescentes con acceso a estas plataformas, se puede observar que, gracias a estas páginas, viven haciendo uso de ellas como una extensión de su propia personalidad. “Te mides con base en los likes, con base en la popularidad y en lo que los demás dicen de ti. Esto siempre ha sucedido, todos fuimos de alguna forma vulnerables a los ojos de los demás”, comenta nuestra especialista consultada.
A raíz de ello, cuando estos jóvenes se encuentran con una situación de desprestigio, afecta su autoestima, lo que puede conducir a prácticas mortales, su máxima expresión son las conductas suicidas, opina Trixia Valle.
“El Instituto Nacional de Psiquiatría en 2011 mandó una alerta de que el suicidio era la segunda causa de muerte en adolescentes y niños de México y que si no empezamos con una verdadera campaña de autoestima y prevención del suicidio podría llegar a ser la causa número uno de muerte entre niños y jóvenes en 2020”, apuntó nuestra entrevistada.
Hay rasgos muy característicos que revelan a los padres cuando un niño está sufriendo acoso escolar, rasgos a los que deben estar muy atentos para identificar y, sobre todo, hacer algo al respecto.
Trixia identifica cinco comportamientos característicos de un joven que sufre bullying:
La también escritora ha apuntado que, si al menos dos de estas cinco características son observadas en un pequeño, es necesario hacer una cita con la escuela para saber qué es lo que ocurre. “Si tu hijo tiene un comportamiento totalmente diferente en la escuela al que tiene en casa, en alguno de los dos lugares hay un problema. O hay abuso en casa o en la escuela”.
Frente a esta situación, y ante los números poco alentadores en materia de acoso, existen programas que tienen como objetivo reducir los niveles de bullying en las escuelas y generar una cultura de prevención en la casa y la escuela.
Trixia Valle ha desarrollado un programa con el que se busca cubrir todos estos huecos, el mismo que ha aplicado en miles de escuelas a través de la fundación de preside.
El programa contempla diversas acciones: desde dar pláticas a los padres de los niños hasta la capacitación y visitas a los niños para hacer dinámicas como torneos deportivos por la paz escolar. Actualmente trabaja en la implementación de un programa llamado “Ser buena onda siempre está de moda” en más de mil escuelas a lo largo y ancho del país. Éste consta de cinco reglas de convivencia aplicadas:
Tanto en la escuela como en la casa siempre hay mucho que hacer para aminorar esta situación, por ejemplo, algo que nuestra entrevistada recomienda es que, a las primeras señales de un abuso, se levante la denuncia en la escuela y no esperar a que pase algo más grave.
“En una junta de padres se debe llevar una bitácora o un acta de hechos firmada por papá, mamá, maestros y directivos, así se puede tener certeza de que, si algo llega a pasar, ya hay un antecedente”, sugiere Trixia Valle.
Al navegar en las plataformas sociales, Trixia recomienda que la reglas a seguir son no contestar, denunciar y bloquear ante cualquier incidente. “Tampoco es conveniente reaccionar o engancharte ante un comentario, porque esto hace que el problema se haga enorme”.
Una forma de dar seguridad al joven es asistir a terapias de grupo dadas por especialistas. Otra interesante opción que plantea la especialista es participar en grupos de teatro.
“Cuando estudias teatro, sabes que puedes ser quien tú quieras; puedes ser la más mala, la más linda o la más popular; al final es un personaje que te da estatus y lo único que tienes que hacer es cambiar tu rol para jugar el papel que quieres en la vida”. Esta es una brillante idea para detener el bullying.
En sus esfuerzos por entender mejor esta problemática, la Fundación En Movimiento realizó un estudio en escuelas del Estado de México y Veracruz con una muestra de 7,806 estudiantes. Dicho estudio arrojó algunos datos importantes respecto al bullying escolar.
Fuentes: Estudio PISA 2015, Fundación En Movimiento, A.C.
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